La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
¡Oh, cielos! ¿Por qué me sacan del seno de las tumbas? ¿Por qué devolverme a los horrores de la vida?
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
¡Oh, cielos! ¿Por qué me sacan del seno de las tumbas? ¿Por qué devolverme a los horrores de la vida?
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La filosofía del tocador - Colección Club Diógenes de Marqués de Sade
[...] a las personas nunca hay que amarlas más que por uno mismo; amarlas por ellas mismas no es más que un engaño; jamás estuvo en la naturaleza inspirar a los hombres otros impulsos, otros sentimientos que los que deben ser buenos para algo; nada es tan egoísta como la naturaleza [...]
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
Lo repito, divertíos; pero no améis; no os preocupéis más por ser amadas: lo necesario no es extenuarse en lamentaciones, en suspiros, en miradas, en billetes de dulce amor, sono follar, multiplicar y cambiar a menudo de jodedores, oponerse fuertemente sobre todo a que uno solo quiera cautivaros, porque la meta de este constante amor sería, atándoos a él, impediros que os entreguéis a otro, egoísmo cruel que pronto se volvería faltar para vuestros placeres. Las mujeres no están hechas para un solo hombre: la naturaleza la ha creado para todos.
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La filosofía del tocador - Colección Club Diógenes de Marqués de Sade
La especie entera se aniquilaría, y el aire no sería menos puro por ello, ni el astro menos brillante, ni la marcha del universo menos exacta. ¡Hay que se imbécil para creer que nuestra especie es tan útil al mundo que quien no trabaje por propagarla o quien perturbe esa propagación no se volvería necesariamente un criminal! Cesemos de estar ciegos en este punto, y que el ejemplo de los pueblos más razonables nos sirva para convencernos de nuestros errores.
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
La extravagancia del sistema deífico fue la fuente de todos estos groseros errores. Los imbéciles que creían en Dios, convencidos de que nosotros sólo recibíamos la existencia de él, y de que tan pronto como un embrión se hallaba maduro una pequeña alma, emanada de Dios, venía a animarla al punto, esos imbéciles, digo, debieron con toda certeza considerar como un crimen capital la destrucción de esa pequeña criatura porque, según ellos, no pertenecía ya a los hombres.
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La filosofía del tocador - Colección Club Diógenes de Marqués de Sade
[...] es que no hay nada horroroso en libertinaje, porque todo lo que el libertinaje inspira está inspirado asimismo por la naturaleza; las acciones más extraordinarias, las más extravagantes, las que parecen chocar con más evidencia a todas las leyes, a todas las instituciones humanas [...]
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
[...] no pongas límite alguno a tus placeres, a no ser el de tus fuerzas o el de tus deseos; ninguna excepción de lugares, de tiempos ni de personas; a toda hora y en todos los lugares, todos los hombres deben servir a tus voluptuosidades; la continencia es una virtud imposible, de la que la naturaleza, violada en sus derechos, nos castiga al punto con mil desgracias.
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La filosofía del tocador - Colección Club Diógenes de Marqués de Sade
[...] la imaginación sólo nos sirve cuando nuestro espíritu se halla totalmente liberado de prejuicios: uno solo basta para enfriarla. Esta caprichosa porción de nuestro espíritu es de un libertinaje que nada puede contener; su mayor triunfo, sus delicias más eminentes, consisten en romper todos los frenos que se le oponen; es enemiga de la regla, idólatra del desorden y de todo lo que lleva los colores del crimen.
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
[...] la beneficencia es más un vicio de orgullo que una verdadera virtud del alma; es por ostentación por lo que uno alicia a sus semejantes, nunca por la única mira de hacer una buena acción; se sentirían muy molestos si la limosna que acaban de dar no tuviera toda la publicidad posible.
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La filosofía del tocador - Colección Club Diógenes de Marqués de Sade
Despreciemos por tanto hoy día tanto el vano dios que los impostores han predicado como todas las sutilezas religiosas que se desprenden de su ridícula adopción; no es con ese sonajero como se puede divertir ya a los hombres libres.
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La filosofía del tocador - Colección Planeta Maldito de Marqués de Sade
¿Hay uno solo de los sacrificios que pueden hacerse a esas falsas divinidades que valga lo que un minuto de los placeres que se gustan ultrajándolas? Bah, la virtud no es más que una quimera, cuyo culto sólo consiste en inmolaciones perpetuas, en rebeldías sin número contra las inspiraciones del temperamento. Tales movimientos, ¿pueden ser naturales?
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Viaje a Nápoles de Marqués de Sade
He de confesar que no es éste un asunto en el que Nápoles salga muy bien parada ya que, lamentablemente, los habitantes de este país, el mas hermoso del mundo, son de lo más zafio que se puede encontrar.
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Cuantos años se lleva Ron con Fred y George?