Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
El verano pasado solía decir que eran mis pájaros. Mamá decía que le recordaban mucho a mí porque no paran de moverse, les gusta estar junto a la orilla y siempre andan cantando alegremente. Tú eres la gaviota, Jo, fuerte y salvaje, enamorada del viento y de las tormentas, capaz de adentrarse en el mar y vivir feliz en soledad. Meg es la tórtola y Amy es como las alondras que describe en sus cartas, siempre intentando remontarse por encima de las nubes, pero cayendo finalmente en el nido.
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