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Y yo a ti más de Lisa Gardner
Tuve una visión. El dulce y pálido rostro de mi hija. Su cabello era una maraña de nudos. Sus ojos, de un intenso azul brillante, estaban fijos en mí.
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Calificación promedio: 5 (sobre 86 calificaciones)
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Y yo a ti más de Lisa Gardner
Tuve una visión. El dulce y pálido rostro de mi hija. Su cabello era una maraña de nudos. Sus ojos, de un intenso azul brillante, estaban fijos en mí.
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Tocado y hundido de Lisa Gardner
—Nicky, quédese conmigo, cielo. Es miércoles por la noche. Ha bebido. Ha seguido a una mujer desde la tienda de licores. Ahora está de pie bajo la lluvia en el exterior de su casa. ¿Qué ve? —Veo lo imposible. A Vero. Hecha toda una mujer. Sentada en un sófa en la sala de estar. Veo a Vero, que ha vuelto de entre los muertos. |
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Escóndete de Lisa Gardner
No es necesario que te guste un sistema solo tienes que entenderlo. Entonces sobrevivirás siempre.
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Tiempo de matar de Lisa Gardner
-Todo el mundo se enamora. -Eso no es cierto -replicó-. El amor no es para todos. Hay personas que viven solas durante toda la vida y son muy felices. Enamorarse implica dar. Y también implica ser débil. A mí nunca se me han dado bien esas cosas. |
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Y yo a ti más de Lisa Gardner
Es gracioso, las cosas que no aprecias plenamente hasta que es demasiado tarde.
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Escóndete de Lisa Gardner
Hoy, no sé en cuántas ciudades vivimos. O cuántos nombres adopté. Mi infancia se convirtió en un amasijo de caras nuevas, ciudades desconocidas y las mismas viejas maletas. Al llegar buscábamos el apartamento de un dormitorio más barato que hubiera. Mi padre salía al día siguiente y siempre volvía con algún tipo de empleo; revelador de fotografías, encargado en McDonald's, dependiente. Mi madre ordenaba nuestras escasas pertenencias. Mi responsabilidad era ir al colegio.
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Escóndete de Lisa Gardner
Dos años después, Bobby seguía teniendo pesadillas con el tiroteo cuatro o cinco noches a la semana. Calculaba que con el tiempo se reduciría a tres veces por semana. Luego dos veces por semana. Y luego tal vez, si tenía suerte, solo soñaría con ello tres o cuatro veces al mes. (...) Algunos días eran buenos, otros eran malos y, entremedias, había una serie de días que no eran nada en absoluto. Mera existencia.
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Escóndete de Lisa Gardner
Necesito una taza de café – dijo D.D. pasando una mano por su pero enmarañado –. Pero, espera, si tomo más, voy a empezar a orinar colombianos.
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Tocado y hundido de Lisa Gardner
—No —repite en voz baja—. No. Venga, si realmente tienes intención de hacer esto, es hora de que bajes, acaba con esto. Tan solo recuerda —añade, al tiempo que me aparta de él— que el problema de hacer preguntas es que no puedes controlar todas las respuestas. Así es la vida. Especialmente para ti y para mí.
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Sola de Lisa Gardner
«¿Sabes qué pasa conmigo? Pues que soy un imbécil y un gilipollas. Peor aún, soy un asesino».
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Lleva un nombre femenino que se ha convertido en símbolo de la adolescencia y la picardía