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La chica del pelo azul de Laura Sanz
Robert echó un vistazo a sus pies, ahora cubiertos por esos zapatos negros que sin duda eran más adecuados para bailar o pasear que para una caminata por el bosque, y la imagen de unas uñas azules en esos perfectos pies le vino a la mente. Jamás había visto algo así. Esos pies tan bien formados y tan bellos con esas extrañas uñas azules… debería haberse sentido repelido por ellos, pero no, cuando los había visto por vez primera le habían parecido eróticos y muy atrayentes. Con la imagen de los pies de la joven todavía delante de sus ojos alzó la vista y la posó sobre el extraño y azul flequillo, que ya seco del todo le caía graciosamente sobre el ojo derecho. La joven sopló con energía y el cabello voló hacia atrás. —¿Habéis terminado ya? —¿Cómo decís? —Que si habéis terminado ya de inspeccionarme —preguntó ella con una sonrisa maliciosa pintada en el rostro. No le molestaba que se hombre tan atractivo la mirase de arriba abajo, pero le hubiese gustado más que la mirada de él reflejase más admiración y menos curiosidad. Robert se sintió enrojecer a su pesar, algo que hacía años no le sucedía y menos aún como reacción a las palabras de una mujer. La muchacha era demasiado franca y directa. Él estaba acostumbrado a otro tipo de mujeres, las que se sonrojeaban, las que bajaban los ojos delante de un cabalero y nunca hablaban si no se les preguntaba algo directamente. Todo lo contrario a esa joven, que parecía no tener pelos en la lengua y que le hacía sentirse algo inseguro, como si supiese algo que él no sabía. Había lago en esa oscura mirada que le hacía sentirse extraño. + Leer más |
Tan fuerte, Marianne de Laura Sanz
Eres el brillo de tus ojos y la suavidad de tus palabras. Eres tu gesto dulce y tu forma de abrazar y de acariciar. Eres el entusiasmo que rebosas cuando hablas de lo que te gusta y el modo en que me escuchas con interés cuando yo te hablo. Eres la ternura que despiertas en mí y también la pasión que me provocas.
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Harry Wolf de Laura Sanz
—¿Sabe que mi abuela piensa que estamos viviendo el cuento de Caperucita? —dijo con una risa algo nerviosa. Él la animó a continuar con un gesto. —Usted se llama Wolf, Lobo en español, y yo llevo un abrigo rojo con capucha y cruzo su jardín para ir a verla a ella, a la abuelita… —dijo y soltó una carcajada—. ¿A que tiene su gracia? Él no compartió su risa. Ella volvió a hundir los puños dentro de los bolsillos del abrigo con nerviosismo. Mientras le contemplaba, la asaltó una ridícula idea: quizá no estuviesen viviendo el cuento de Caperucita, sino el de La Bella y la Bestia. Sí, sin duda era más apropiado… Él parecía más bestia que lobo, a pesar de su apellido. |
Harry Wolf de Laura Sanz
Me siento como si fuera la mitad de algo. Antes, esa mitad era suficiente para mi, para sobrevivir, pero ya no lo es. No quiero ser un hombre a medias. Te lo debo y me lo debo. Nos lo debo a ambos. Quiero estar completo para poder estar contigo.
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Le llamaban Bronco de Laura Sanz
Gabriel Salas y Rose Randolph no tenían absolutamente nada en común.Eran una historia que se acababa incluso antes de haber empezado.
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Harry Wolf de Laura Sanz
Julián la siguió con los ojos. Como había temido, sus conjeturas se convertían en realidades si se guíaba por la reacción de su nieta. No había querido hablar con ella sobre el señor Wolf por temor a averiguar que lo que llevaba semanas barruntando era cierto. Y lo era, aparentemente. Sara iba a sufrir... |
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Harry Wolf de Laura Sanz
Quizá lo más especial no fuese él, sino lo que ella sentía cuando estaba a su lado.
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