Vamos a calentar el sol de José Mauro de Vasconcelos
—Lo principal, Zezé, es que descubras que la vida es bella y el sol que calentamos en el pecho nos fue dado por Dios para aumentar todas esas bellezas. —¿Quieres decir que, al llorar, empapo los rayos de mi sol? —Claro. Y yo he venido aquí para no dejar que tu sol se enfríe. ¿De acuerdo? Asentí. —Entonces, estréchame la mano como un amigo, ¡y vamos a calentar el sol! |