Vamos a calentar el sol de José Mauro de Vasconcelos
—El tuyo, Zezé, es un sol triste, un sol rodeado de lágrimas, en vez de lluvias, un sol que no ha descubierto todo su poder y su fuerza, que aún no ha embellecido todos sus momentos, un sol débil, bastante horrible. —¿Y qué debo hacer? —Poca cosa. Basta con querer. Necesitas abrir las ventanas del alma y dejar entrar la música de las cosas, la poesía de los momentos de ternura. |