El huésped de Guadalupe Nettel
Tomemos la postura que tomemos, algo es seguro: existir es desmoronarse.
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El huésped de Guadalupe Nettel
Tomemos la postura que tomemos, algo es seguro: existir es desmoronarse.
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El huésped de Guadalupe Nettel
Todas las familias practican la hipocresía y nosotros alzanzamos en ese deporte verdaderos momentos de virtuosismo.
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El cuerpo en que nací de Guadalupe Nettel
…Después de todo, doctora Sazlavski, las dudas no me dan tanto miedo. Poner en cuestión los acontecimientos de una vida, la veracidad de nuestra propia historia, además de desquiciante, debe tener algo saludable y bueno…El cuerpo en que nacimos no es el mismo en el que dejamos el mundo. No me refiero sólo a la infinidad de veces que mutan nuestras células, sino a sus rasgos más distintivos, esos tatuajes y cicatrices que con nuestra personalidad y nuestras convicciones le vamos añadiendo, a tientas, como mejor podemos, sin orientación ni tutorías.
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El matrimonio de los peces rojos de Guadalupe Nettel
Los enamoramientos muchas veces nacen también de forma imprevista, por generación espontánea. Una tarde sospechamos de su existencia por un escozor apenas perceptible, y al día siguiente nos damos cuenta de que ya se han instalado de una manera que, si no es definitiva, al menos lo parece.
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El matrimonio de los peces rojos de Guadalupe Nettel
No hay nada como un secreto familiar para propiciar la unidad entre los miembros.
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La hija única de Guadalupe Nettel
"Durante años traté de convencer a mis amigas de que reproducirse constituía un error irreparable. Les decía que su hijo, por tierno y dulce que fuera en sus buenos momentos, siempre representaría un límite a su libertad, un peso económico, para no hablar del desgaste físico y emocional que ocasionan: nueve meses de embarazo, otros seis o más de lactancia, desveladas frecuentes durante la niñez, y luego una angustia constante a lo largo de su adolescencia. 'Además, la sociedad está diseñada para que seamos nosotras, y no los hombres, quienes se encarguen de cuidar a los hijos, y eso implica muchas veces sacrificar la carrera, las actividades solitarias, el erotismo y en ocasiones la pareja', les explicaba con vehemencia. '¿Vale realmente la pena?'." (Pág.16).
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La hija única de Guadalupe Nettel
"Ninguna madre sabe cuánto tiempo vivirán sus hijos. Existe incluso una expresión según la cual solo los tienen prestados, y el tiempo de ese préstamo puede durar desde unas horas hasta varias décadas. En el caso de Inés sería extremadamente corto. En un mismo día Alina y Aurelio recibirían a su hija y se verían despojados de ella. El médico lo había dicho con todas sus letras: la niña moriría al nacer." (Pág.69).
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El matrimonio de los peces rojos de Guadalupe Nettel
"Durante toda mi infancia y parte de la adolescencia, mis padres formaron un bloque indisociable, una muralla en la que no había grietas y contra la cual era imposible rebelarse. Más que la mezcla de orígenes y de culturas, lo difícil para mí fue ser el único hijo de una pareja tan fusionada.[...] A pesar del cariño que le demostraron mis abuelos, mi padre jamás perdió su aire de orfandad. Su esposa fue para él otra madre postiza que, tanto en la vida profesional como en la amorosa, se dedicó a gestarlo en un útero psicológico del cual nunca sería expulsado." (La serpiente de Beijín - Pág.103).
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El cuerpo en que nací de Guadalupe Nettel
Mis ojos y mi visión siguieron siendo los mismos pero ahora miraban diferente. Por fin, después de un largo periplo, me decidí a habitar el cuerpo en el que había nacido, con todas sus particularidades.
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La hija única de Guadalupe Nettel
Lo cierto es que en nuestra sociedad los hijos se adjudican a los padres optativamente y a las madres por obligación.
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La hija única de Guadalupe Nettel
Como de costumbre, no preguntó «¿piensas tener un hijo?», sino «¿cuándo vas a tener un hijo?».
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La hija única de Guadalupe Nettel
Mentiría si dijera que no la necesito; cuando no está me siento sin asidero. Si no te vas de casa te sofocas, si te vas demasiado lejos te falta el oxígeno , asegura Vivian Gornick con toda razón
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Después del invierno de Guadalupe Nettel
Pensé en la vida de esos millones de personas, ahora enterradas ahí enfrente; pensé en la intensidad con la que varios de ellos habían pasado por el mundo, esforzándose en dejar algo valioso para que los recordaran siempre;
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El matrimonio de los peces rojos de Guadalupe Nettel
Me daba pena verlo ahí, solo, en su recipiente de vidrio. Dudo mucho que haya sido feliz. Eso fue lo que más tristeza me dio al verlo ayer por la tarde, flotando como un pétalo de amapola en la superficie de un estanque.
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La hija única de Guadalupe Nettel
Esa fuerza, ese impulso vital que la había hecho contradecir todos los pronósticos médicos y que, a los pocos días de nacida, había llevado a la pediatra a asegurar sin titubeos «esta niña está empeñada en vivir»
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Los divagantes de Guadalupe Nettel
La infancia no acaba de una vez, como nosotros queríamos cuando éramos niños. Sigue ahí, agazapada y silenciosa en nuestros cuerpos maduros y luego marchitos, hasta que un buen día, después de muchos años, cuando creemos que la carga de amargura y desesperanza que llevamos a cuestas nos ha convertido irremediablemente en adultos, reaparece con la velocidad y la fuerza de un relámpago, hiriéndonos con su frescura, con su inocencia, con su dosis infalible de ingenuidad, pero sobre todo con la certeza de que éste sí fue, de verdad, el último atisbo que tuvimos de ella.
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La hija única de Guadalupe Nettel
"Cuando uno es joven resulta fácil tener ideales y vivir conforme a ellos. Lo complicado es mantener la coherencia a lo largo del tiempo y a pesar de los retos que nos impone la vida".
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La hija única de Guadalupe Nettel
“Cuanto más queremos a una persona, más frágiles y más inseguros nos sentimos a causa de esta.”
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La hija única de Guadalupe Nettel
Pensó en la palabra «miseria» y se dijo que no solo servía para describir la pobreza, sino los estados de mayor vulnerabilidad en los que pueden caer los seres humanos.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?