Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
expresaba con arte su pasión y la sentía con ardor; en realidad, no era la pasión la que le hacía elocuente, sino la elocuencia la que le volvía apasionado
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
expresaba con arte su pasión y la sentía con ardor; en realidad, no era la pasión la que le hacía elocuente, sino la elocuencia la que le volvía apasionado
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Si no han llegado a querer a este hombre virtuoso, es por mi incapacidad para interpretar sus recuerdos.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Sabía todo tipo de males, pero nadie lo tuvo en consideración ... Sabía cómo deslumbrar y engañar a la razón; su astuta y pérfida elocuencia calaba en los corazones.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
El bautismo de la desgracia ha purificado sobradamente nuestras almas: devolvámoslas a aquel que nos las ha dado.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Exhausto antes de haber recorrido esta insegura población (París) y este intricado laberinto, volverás horrorizado a encerrarte en el risueño hotel donde, tras haberte instalado precipitadamente, el único empleado de una inmensa casa te deja morir en paz, si la fatiga o la pena te arrebatan la fuerza de ocuparte de las incontables necesidades de la vida.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Pensaba que era imposible vivir con semejante dolor y que la propia muerte vendría a buscarla.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Llore, llore, pues en mi seno yo enjugaré sus lágrimas con mis besos; estoy aquí para hacerle dichoso, para ser todo cuanto quiera, su compañera, su sirvienta o su amante.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Soy yo, su Indiana, su esclava, a la que reclamó del exilio y que ha viajado tres mil leguas para amarle y servirle. ¡La compañera que eligió y que lo ha abandonado todo, lo ha arriesgado todo, lo ha desafiado todo para traerle este instante de alegría!
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Menos generosa que la señora Delmare pero más astuta, fría pero aduladora, orgullosa y solícita era la mujer que debía subyugar a Raymon; porque era superior a él del mismo modo en que él era superior a Indiana.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
La víspera deseaba abandonar a su marido por odio y resentimiento; ahora lamentaba no quererle a fin de poder hacer un verdadero sacrificio por él.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Cuanto más grande y noble sea su alma, más debe resentirse bajo los golpes de la injusticia.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Pero, tal vez esa necesidad de dicha que nos devora, esa aversión ante la injusticia, esa sed de libertad que únicamente se apaga cuando se extingue la vida, sean elementos constitutivos del egoísmo, cualificación por la cual los ingleses designan el amor por uno mismo, considerado como un derecho del hombre y no como un vicio.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Había adquirido la triste costumbre de escribir cada noche una narración de sus penas diarias. Aquel diario de sufrimientos iba dirigido a él y, aunque no tenía intención alguna de hacérselo llegar, conversaba con él, a veces con pasión, otras con amargura, de los males de su vida y los sentimientos que no lograba sofocar.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Podía, con poco esfuerzo, ejercer sobre Indiana una influencia ilimitada; se sentía con sobrada habilidad y astucia y sublime mujer una amante sumisa y devota.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Sacó la conclusión de que el hombre que vive en sociedad precisa de dos tipos de felicidad: la proporcionada por la vida pública y la privada, los triunfos sociales y las alegrías domésticas.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Y así vivió durante semanas y meses bajo el cielo de los trópicos, sin amar, sin conocer ni acariciar más que a una sombra, sin más credo que una quimera.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
La lisonja es el yugo que hace inclinar tan bajo sus ardientes y ligeras cabezas (de las mujeres). ¡Pobre de aquel que pretenda actuar con franqueza en el amor!
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
No, no me hable de Dios, sobre todo usted; no invoque su nombre para enviarme al exilio y reducirme al silencio. Sometiéndome, cedo al poder de los hombres.
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
¡Cuán nimios errores para tan cruel abandono!
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Indiana o las pasiones de Madame Delmare de George Sand
Mi error fue no haber sabido conservar su amor por más tiempo y de un modo más real. Busco la causa, mas no la encuentro en mi corazón, aunque aparentemente existe. Quizá le amé demasiado, quizá mi cariño fue inoportuno y sofocante.
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