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“Qué manía tan mezquina ésta de los mortales de aferrarse como garrapatas a la vida, a contracorriente de nuestra profunda esencia.” ¿Se imaginan a un Thomas Bernhard en cuyo vocabulario abundaran los hijueputas, pendejos, carajos o dizques? Pues aquí lo tienen, se llama Fernando Vallejo. Vallejo le tira a todo, y lo hace a bocajarro, sin contemplaciones, con un impudor que sobrecoge, le tira a su madre, “La loca” (“era el filo del cuchillo, el negror de lo negro, el ojo del huracán, la encarnación de DiosDiablo”), a su hermano menor, “El Gran Güevón” (“Todos los genes responsables de la imbecilidad rabiosa se habían dado en él sin atenuantes”), a España (“país de cagatintas, masa cerril, arrodillada, que fuiste capaz de gritar un día: «¡Vivan las cadenas!»”, por lo que me toca, vergonzoso, pero cierto), a Colombia, a Dios (“¡Cuál Dios, cuál patria! ¿Pendejos! Dios no existe y si existe es un cerdo y Colombia un matadero”) y con mucha saña a su representante en la tierra, Wojtyla, también llamado Juan Pablo II (“esta alimaña, gusano blanco viscoso, tortuoso, engañoso”), a las madres por tener hijos (“¡Ay, que dizque si no los tienen no se realizan como mujeres! ¿Y por qué mejor no componen una ópera y se realizan como compositoras?”), a los padres por el mismo motivo (“…padre que muere antes que el hijo muere impune. Ha de morir después de él para que sufra y lo entierre, para que pague, aunque sea en mínima parte, el delito sin nombre que cometió”), a todos (“En todo niño hay en potencia un hombre, un ser malvado. El hombre nace malo y la sociedad lo empeora”), un elocuente vómito, un grito impotente contra lo irremediable, “un ventarrón del campo que va por el terregal sin ton ni son ni rumbo levantando tierra y polvo y ahuyentando pollos”… en fin, una pesadumbre insoportable por lo que es esta vida. “La vida es un sida. Si no miren a los viejos: débiles, enclenques, inmunosuprimidos, con manchas por todo el cuerpo y pelos en las orejas que les crecen y les crecen mientras se les encoge el pipí. Si eso no es sida entonces yo no sé qué es.” Fernando vuelve a Medellín para acompañar a su hermano Darío que malvive sus últimos días víctima del sida (son los dos niños angelicales que aparecen en la portada del libro). “Así, libre de sí mismo, al borde del desbarrancadero de la muerte por el que no mucho después se habría de despeñar, pasó los que fueron sus únicos días de paz desde su lejana infancia.” Afronta la muerte de su hermano recordando otras anteriores en un ejercicio conscientemente inútil de exorcizarla, LA MUERTE, “extinguidora de odios y de amores”. “¡Al diablo con los muertos queridos, no dejan vivir! Me llaman sin parar desde la tumba.” Un exabrupto entre la contradicción que supone su anhelo de descargar recuerdos, “una carga necia… un fardo estúpido”, y el homenaje a unas vidas queridas, a la lucha contra su olvido, en el pensamiento de que “Si los ríos pasan la palabra queda”. “—¿Qué habrá después de la muerte, m’hijo? —me preguntó. —Nada, papi —le contesté—. Uno no es más que unos recuerdos que se comen los gusanos. Cuando vos te murás seguirás viviendo en mí que te quiero, en mi recuerdo doloroso, y después cuando yo a mi vez me muera, desaparecerás para siempre. —¿Y Dios? —No existe. Y si no, mira en torno, por todas partes el dolor, el horror, el hombre y los animales matándose unos a otros. ¡Qué va a existir ese asqueroso!” Un lamento lleno de rabia que se burla de esa misma rabia baldía. En esta lucha entre lo trágico y lo patético, en esa lucha entre la vida y la muerte, el autor parece irse quedando sin fuerzas y la novela flojea en el último tercio, o yo me sacio de tanto gruñido. Tentado estuve por ello de quitarle una estrellita, pero entre el entusiasmo inicial y que la novela remonta en el tramo final decidí que bien merecía todo mi apoyo. “La vida es así, no nos deja sino cicatrices.” + Leer más |
RECOMENDADO: El desbarrancadero de Fernando Vallejo (1942) Novela -narrativa colombiana- Literatura colombiana Escritor, biógrafo y ensayista, conocido mundialmente por una obra de prosa poética, cruda, alucinante, descarnada y un manejo impecable del idioma. En su escritura es perceptible un humor negro que desnuda la falsa moral de la sociedad. Autor que se define con Nada y en quien cada frase es una viva representación del pesimismo y existencialismo de una época cada vez más desesperanzadora. Muchos le han considerado como un provocador, otros como un profeta de la palabra escrita, luz de la verdad que se expone en medio de las tinieblas. Ha sido señalado como uno de los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica. Esta novela se desarrolla alrededor de la Muerte, como compañera incansable del autor, quien narra en primera persona los últimos días de su hermano Darío, que padece de SIDA, viajando por los recuerdos de su adolescencia cuando frecuentaban a los muchachitos por quienes se desvivían en la desnudez angelical, bajo el éxtasis de una pasión loca, hasta que Darío fuera emponzoñado por el aguijón de la lujuria que deterioraría su cuerpo con el pasar del tiempo. El amor de Fernando le lleva a sucumbir ante el dolor de no volverle a ver, intentando amainar su agonía hasta poder salvarlo, pero terminará resignándose al saber que será libre de la infamia de la vida. Una historia narrada con la pesadumbre de haber sido en este mundo en contra de su voluntad. Le han sido otorgados diversos reconocimientos, tales como: Premio Ariel 1979 y 1981; Premio Rómulo Gallegos 2003; Premio FIL de literatura en lenguas romances 2011; Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Colombia. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
RECOMENDADO: El desbarrancadero de Fernando Vallejo (1942) Novela -narrativa colombiana- Literatura colombiana Quizá el más importante y mejor escritor vivo de la literatura colombiana. Conocido mundialmente y quien se ha caracterizado por una obra que trastoca la sensibilidad del lector, con una prosa casi poética, cruda, y con un manejo impecable del idioma. Se ha destacado también como biógrafo y ensayista. En toda su escritura es perceptible un humor negro que desnuda la falsa moral de la sociedad. Autor que se define con Nada y en quien cada frase es una viva representación del pesimismo y existencialismo de una época cada vez más miserable. También un activista en la causa por los animales y su defensa. Muchos le han considerado como un provocador, otros como un profeta de la palabra escrita, luz de la verdad que se expone en medio de las tinieblas. Vallejo ha destacado la labor literaria de pocos autores colombianos debido a su fuerte crítica, y entre ellos se encuentran: José Asunción Silva, Porfirio Barba Jacob, Rufino José Cuervo y Fernando González Ochoa. En 2012 fue señalado como uno de los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica por Foreign Policy. Le han sido otorgados diversos reconocimientos, tales como: Premio Ariel en 1979 y 1981; Premio Rómulo Gallegos 2003; Premio FIL de literatura en lenguas romances 2011; Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Colombia. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Narrada en primera persona por la imposibilidad de escribir de otra forma como bien lo explica en la historia, el autor forma de sí mismo un personaje de ficción homónimo que nos hace participes de los últimos días de vida de su hermano, quien agoniza en la casa familiar por las enfermedades que han llegado a su cuerpo al ser este portador de VIH. En el transcurso de los días en que Fernando acompaña a Darío a morir, aunque intenta todo, sabe bien que la condición de su hermano es irreparable, como si fuera una charla entre amigos o conocidos nos narra la historia de su familia, el amor a su padre, el odio a su madre, su homosexualismo, los vicios de su familia, su desprecio por las instituciones del estado, la iglesia y la condición humana. Escrita con vehemencia de carácter, uno de los mayores atractivos que encontré, aunque puede ser un elemento que cause incomodidad al lector que nunca haya leído tantas palabras de grueso calibre en un escrito, es el uso que hace el autor de todos estos madrazos con los que les da vida a esas charlas internas que por convención social somos incapaces de exteriorizar, pero en las que amamos y odiamos sin reparos, maltratamos incluso lo más valioso en nuestras vidas y nos acongojamos con rabia frente a la vida y sus caminos tan lejanos a la justicia. La muerte como personaje mismo al que Fernando le habla abiertamente en negación suprema a ser su esclavo, aunque le ha servido a sus propósitos un par de veces, es un eje central de la narración, a la que se enfilan los caminos del desbarrancadero mismo que es la vida, que aunque nos brinde instantes de dichas infinitas, es inevitable que desde la concepción esta misma vaya ya en declive. Un libro corto con una larga historia, cargada de simbolismos, de verdades crudas, de realismos nada mágicos, chocante pero certera con el desprecio directo en sus líneas en las que usa la figura de la madre para representar a la patria, a la familia, a la procreación. Una historia cargada de misantropía, con el final más humano que se le pueda conceder. Un libro del que una reseña o solo una charla se quedan cortas para apreciar su calidad, fortaleza y mensaje. + Leer más |
El desbarrancadero es autobiográfico y arregla las cuentas con la desquiciada familia del no menos desquiciado autor. Fernando Vallejo Redón nos explica lo que significa la herencia de los genes Redón , del lado materno, lo que hace que a muchos miembros de su familia les falte un tornillo y que experimenten accesos de franca locura y de violencia. La principal víctima de sus diatribas es la madre citada como « la loca », pero también Colombia que Vallejo nos despinta como el sumo de la corrupción y de la decadencia en un proceso de asesinatos al por mayor y por el menor motivo, hasta sin motivo. Otro producto de su iracundia es el Papa Pablo VI a quien trata con los peores epítetos, sin dar las fuentes ni precisar claramente las acusaciones. El corto libro ( unas doscientas paginas) está escrito con las tripas y con sangre, sin tapujos ni falsos pudores. Es muy entendible que ciertos lectores estén escandalizados ante tanta impudencia . El discurso de Vallejo no tiene ningún límite ni pudor. Por momentos hace reír porque es tanta su ira, su furia, su desquicio, que resulta risible; pero el hombre nunca dice nada positivo , es de un pesimismo y de un nihilismo constantes…Nadie se salva de su vindicta y éso lo hace sospechoso…¿Qué cuentas está arreglando con su fuero interno ? Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
"¡Qué va, Colombia no se acaba! Hoy la vemos roída por la roña del leguleyos o, carcomida por el cáncer del clientelismo, consumida por la hambruna del conservatismo, del liberalismo, del catolicismo, moribunda, postrada, y mañana se levanta de su lecho de agonía, se zampa un aguardiente y como si tal, dele otra vez, ¡al desenfreno, al manadero, al aquelarre! Colombia, Colombina, Colombita, palomita: ¿no es verdad que cuando yo me muera no me vas a olvidar?" 🇨🇴 Fernando Vallejo . Esta es la primera novela que leo de Vallejo. Le tenía muchas ganas a este escritor que despierta tanto amor como odio en sus lectores, en parte por su representativo tono crítico, y lenguaje lleno de groserías coloquiales. Esta novela narra, en primera persona, su regreso a Colombia (luego de varios años de vivir en México), para acompañar a su hermano Darío en sus últimos días de vida a causa del sida. Los días transcurren dentro de la novela con el personaje principal constantemente despotricando sobre Colombia. El personaje de la madre representa esta madre patria, por lo que gran parte de la novela la pasaremos leyendo al narrador putearla (en palabras de Vallejo). . El comienzo de la novela me gustó bastante. El lenguaje me pareció atractivo, la crítica acertada, y de hecho disfruté de bastantes citas específicas a lo largo de toda novela. Si la novela hubiera sido de 30 páginas, o menos, me habría encantado. Pero no, de hecho esta novela, aunque no es larga, me costó mucho trabajo terminarla a causa del hastío que me causó. Me pareció ya demasiado, demasiado crítico, demasiado pesimismo, demasiado agobio. . Mejor dicho, a artículos, ensayos, cuentos, y escritos cortos de Vallejo, me llamaría la atención volver. A novelas no sé… sí quisiera darles una segunda oportunidad, pero sé que necesito mi buen tiempo para volver a coger uno de sus libros 🌊📚🏊🏽♀️ + Leer más |
RECOMENDADO: El desbarrancadero de Fernando Vallejo (1942) Novela -Literatura colombiana- Escritor, biógrafo y ensayista, conocido alrededor del mundo por una prolífica obra de contrastes poéticos, cruda, alucinante, descarnada y un manejo impecable del idioma castellano. En su escritura es perceptible un humor negro que desnuda la falsa moral de la sociedad. Autor que se define con Nada y en quien cada frase es una viva representación del pesimismo y la decadencia de una época cada vez más desesperanzadora. Muchos le han considerado como un provocador, otros como un profeta de la palabra escrita, luz de la verdad que se expone en medio de las tinieblas. Y ha sido señalado como uno de los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica. Esta novela se desarrolla alrededor de la Muerte, como compañera incansable del autor, quien narra en primera persona los últimos días de su hermano Darío, que padece de SIDA, viajando por los recuerdos de su adolescencia cuando frecuentaban a los muchachitos, por quienes se desvivían en la desnudez angelical, bajo el éxtasis de una pasión loca, hasta que Darío fuera emponzoñado por el aguijón de la lujuria que deterioraría su cuerpo con el pasar del tiempo. El amor de Fernando le lleva a desplomarse ante el dolor de no volverle a ver, intentando amainar su agonía para poder salvarlo, pero terminará resignándose al saber que en realidad será libre de la infamia de la vida. Una historia narrada con la pesadumbre de haber nacido en este mundo en contra de su voluntad. Ha obtenido diversos reconocimientos, como: Premio Ariel 1979 y 1981; Premio Rómulo Gallegos 2003; Premio FIL de Literatura Lenguas Romances 2011; Doctor Honoris Causa de UNAL. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
La vida del escritor colombiano Fernando Vallejo ha estado marcada desde sus inicios por la desaparición del hogar a causa de las catástrofes naturales.
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El escritor colombiano carga contra las instituciones colombianas, los líderes religiosos y el sistema educativo en su último libro, "La conjura contra Porky".
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Es un libro muy al estilo Vallejo: irreverente, cínico y transgresor, siempre usando un lenguaje coloquial y cercano al lector. Es un libro que bien podría considerarse un manifiesto contra el cristianismo (y en general, contra las grandes religiones institucionalizadas del mundo), con una gran rigurosidad histórica y un nivel académico considerable, hace uso de fuentes, referencias y demás medios de información. A excepción de algunos datos históricos, todo es rastreable y constatable. Es un libro que se lee de corrido, es decir que no tiene capítulos, al principio esto puede ser un poco agitador teniendo en cuenta la cantidad de información suministrada, sin embargo la solvencia en el lenguaje y los chistes de humor negro hace que sea más liviano el libro. En fin, una gran obra del señor Vallejo.
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Este libro es el desahogo de Fernando Vallejo, quien ha padecido la doctrina de nada más y nada menos que la Iglesia Católica Apostólica Romana. Es el pañuelo en el que derrama no solo sus lágrimas, sus rabietas, sus insultos, todo el cúmulo de represiones guardadas por años van a tener aquí el lugar de enunciación. La sentencia de Vallejo es cruda y no por eso menos rigurosa. Este es el carácter sobresaliente de la obra. Vallejo se permite lanzar piedras letales hacia la doctrina Cristiana, y lo hace con un estudio juicioso, va a las fuentes primarias, va a la exégesis bíblica, cita a los posteriores del supuesto Cristo que, de hecho, pone aquí su existencia en tela de juicio. La injuria con fundamentos constatables es uno de los valores de esta obra. Hay una carga emocional que Vallejo sabe combinar con argumentos. Va más allá de las cansonas falacias de muchos ateos que cuando se les cuestiona solo tienen la rabia como testimonio y como escudo. Vallejo tiene rabia, claro está, pero esa rabia fue el impulso que lo condujo a sentarse a estudiar por años los libros antiguos, quizás aprender latín, y de esa profunda inmersión hallar las incoherencias bíblicas, las fechorías que la institución católica ha amontonado secretamente en sus estrados. Vallejo no tiene compasión, quiere sacarlo todo a la luz de la tinta, quiere exponer cada acción reprochable, cada signo o símbolo bíblico que demuestre imprecisión y el bochornoso accionar del catolicismo. Por tal razón, el libro puede hacerse denso en ocasiones. Es mucha la información que Vallejo recolecta tanto de los aspectos comportamentales de los feligreses, como de aspectos bíblicos o en torno al contexto histórico en el que nació el cristianismo. Hecho tras hecho, papa tras papa, evangelio tras evangelio. No hay en donde respirar porque Vallejo no quiere calma, no busca acomodar al lector en el asiento de sus creencias. Su verdadera intención es sembrar un grano de inquietud que incite a lector a iniciar sus propias búsquedas. Los lectores acuden a esta obra para armarse de argumentos y así defender su ateísmo. Los creyentes no se atreven ni a tocarla. Yo que ni soy ateo ni adepto al dogma cristiano disfruté y me reí con el crudo humor que Vallejo sabe imprimir a sus argumentos. Hay lectores temperamentales que no soportan el estilo de este señor. Con todo, no debe negarse su magistralidad. Tal vez mi gusto nazca por el rigor que veo en obras como esta. Admiro el serio trabajo sin dejarme distraer por el componente soez. Al contrario, de este surge la risa. + Leer más |
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Un libro iconoclasta, feroz, furioso, hilarante : la historia de un viejo colombiano, escritor moribundo que se rinde a Barcelona a la Feria del Libro y se vuelve pura diatriba contra todo y muy especialmente contra la compañía aérea Air France, el Papa, la procreación, las mujeres, los niños, todo. El estilo es especial, desmesurado, barroco, furibundo, apocalíptico y transpira el disgusto y la desesperanza. |
RECOMENDADO: La Rambla paralela de Fernando Vallejo (1942) Novela -Literatura colombiana- Escritor, biógrafo y ensayista, conocido alrededor del mundo por una prolífica obra de contrastes poéticos, cruda, alucinante, descarnada y un manejo impecable del idioma castellano. En su escritura es perceptible un humor negro que desnuda la falsa moral de la sociedad. Autor que se define con Nada y en quien cada frase es una viva representación del pesimismo y la decadencia de una época cada vez más desesperanzadora. Muchos le han considerado como un provocador, otros como un profeta de la palabra escrita, luz de la verdad que se expone en medio de las tinieblas. Y ha sido señalado como uno de los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica. Es esta novela el autor narra las semblanzas de su propia vida, a través de un viejo sin nombre que es él mismo, quien viaja a Barcelona para la publicación de unos de sus libros, mientras deambula por las calles, divagando en sus pensamientos: amoríos fugaces con jovencitos que se cruzaron inesperadamente en su camino por la Rambla; nombrando con lástima a su adorada Bruja, la perra que permaneció a su lado los años que pasó en México, hasta que murió entre sus brazos; la remembranza de una vida inmersa en el inconformismo y la nostalgia, sucesos que le persiguen a todas partes desde que, al llamar a Colombia a preguntar por su abuela, Raquelita, la única mujer que amó en toda su vida, se entera que ha muerto y la existencia parece ser todavía más lúgubre, observando los escombros de su pasado y la miseria de su futuro. Ha obtenido diversos reconocimientos, como: Premio Ariel 1979 y 1981; Premio Rómulo Gallegos 2003; Premio FIL de Literatura Lenguas Romances 2011; Doctor Honoris Causa de UNAL. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Terminé este libro con un gran dolor. Dolor porque esta novela narra una realidad que consume a los pueblos de América Latina. Una lectura que narra el día a dia de esos personajes llamados "sicarios", quienes son contratados por los mafiosos para asesinar a personas. Los sicarios matan sin ningún pudor, sin conciencia, sienten placer por matar. Uno de los protagonistas asesina por las razones mas irrisorias: porque el conductor del taxi llevaba la radio con mucho volúmen, porque me cae mal.... Estas situaciones son el día a día de nuestra América Latina. Son muchos los jóvenes que se enrolan en este peligroso oficio, con tal de ganar dinero fácil y mucho protagonismo. Todos saben quién son, pero todos callan, mientras el país se consume en mas corrupción y violencia. Lo recomiendo, a mí me tocó mucho y me puse muy triste, pues no es un relato más, es una realidad. |
RECOMENDADO: La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo (1942) Novela -Literatura colombiana- Escritor, biógrafo y ensayista, conocido alrededor del mundo por una prolífica obra de contrastes poéticos, cruda, alucinante, descarnada y un manejo impecable del idioma castellano. En su escritura es perceptible un humor negro que desnuda la falsa moral de la sociedad. Autor que se define con Nada y en quien cada frase es una viva representación del pesimismo y la decadencia de una época cada vez más desesperanzadora. Muchos le han considerado como un provocador, otros como un profeta de la palabra escrita, luz de la verdad que se expone en medio de las tinieblas. Y ha sido señalado como uno de los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica. Esta novela, se desarrolla en Medellín, en pleno auge de la violencia que asolaba la ciudad de los muertos-vivos por los jóvenes pistoleros. Fernando regresa al lugar donde nació, luego de años de ausencia, para morir sin haber dado un solo paso, hasta que conoce a Alexis, un joven sicario que aviva su pasión y a quien tiene por objeto de amor. Juntos deambulan por las calles derruidas por la bazofia humana, calles que traen los recuerdos de su infancia, de quien fue y jamás volverá, donde los mendigos pestilentes, la pobreza insufrible, las paridoras desenfrenadas, la moralidad hipócrita de la cristiandad y los espacios que convierten la realidad en un infierno terrenal, son la personificación del mal que caracteriza al hombre. La desgracia es una constante y la pérdida inevitable, pues la muerte acecha en cada esquina. Ha obtenido diversos reconocimientos, como: Premio Ariel 1979 y 1981; Premio Rómulo Gallegos 2003; Premio FIL de Literatura Lenguas Romances 2011; Doctor Honoris Causa de UNAL. @Juliiann0 Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Es un libro que hay que leer al segundo grado para encontrarlo divertido : son las andanzas de un homosexual literato y varios sicarios que abundan en Medellín. Pretexto para enaltecer el amor homosexual y una sociedad colombiana decadente. El libro está bien escrito y tiene buen vocabulario. |
Excelente y corta novela que retrata la violencia del narcotráfico en la ciudad de Medellín, posterior a la muerte de Pablo Escobar. También relata con mucha honestidad las relaciones amorosas LGBT de los personajes, algo que tal vez no suele aparecer en libros dedicados al narcotráfico. Probablemente no sea apta para todo el mundo, en particular por el carácter del personaje principal, una versión semi-ficticia del escritor, pero en mi opinión muy buena.
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Nota: Este es un pequeño texto que escribí sobre esta novela hace unos 5 años y que he reencontrado por casualidad. Ahora mismo tengo mucho que discutirme sobre lo que digo, mas, quiero compartirla tal como nació. Tomar entre las manos una novela como La virgen de los sicarios del maestro Fernando Vallejo, es mirar una fotografía de lo que se ve y vive a diario en nuestro país. La novela mencionada es una rica descripción social, política, cultural y económica de Medellín en una de las épocas más importantes de la historia reciente del país: la década del 90. Ciertamente es apenas un primer plano de toda una escena que encierra un país con todas las características de Medellín potenciadas. Cuando hoy leemos esas palabras resulta sorprendente la vigencia, y peor aún, el recrudecimiento de las condiciones de violencia, inequidad social, intolerancia, etcétera, que son descritas por Vallejo. Y este fenómeno no sólo se puede ver en Medellín -o ¨Medallo¨-, hasta los pequeños poblados son ahora víctimas de estas condiciones. La democracia estatal, la fuerza y solidaridad revolucionaria de unos y el amor patriótico de otros, han llegado a todo lugar del país. Que las condiciones actuales se correspondan con las de hace dos décadas dice mucho. Que se correspondan con las de hace 50 años dice mucho más. Que sean muy parecidas a las de hace 200 años es escalofriante. Estas condiciones, como ya se dijo, recrudecidas, son la evolución de un conflicto que empezó en el momento que Cólon piso las tierras Americanas. En palabras de Vallejo somos ¨nuevas caras de un viejo desastre¨ . Somos apenas una generación más que alimentará el conflicto. Pero a la vez somos producto del conflicto. Hemos crecido en esas condiciones y hemos naturalizado el conflicto. Legitimamos la violencia. Pero que no se crea que el conflicto sean las guerrillas como no lo quieren hacer ver los medios y el poder estatal, es decir, las capas dominantes. El conflicto en Colombia es el producto de la desigualdad social. Por la desigualdad social, el abandono estatal de las clases populares en temas como educación, salud, justicia, es que pelaos como Alexis o Wilmar, que son el arquetipo de la juventud popular urbana de Colombia, terminan sobreviviendo como pueden. Seguramente a estas alturas Vallejo estaría ofuscado por la dirección que le he dado a su novela cuando en ella habla mal de las clases populares por sólo dedicarse a procrear y a buscar vivir del otro. En parte tiene razón, no podemos decir que toda la culpa es del estado y del sistema capitalista. Pero una verdad sea dicha, que bien han hecho su trabajo para mantener el conflicto. Dice Vallejo que ¨el primer ladrón de Colombia es el estado¨ y define muy bien su función cuando dice que éste ¨está para reprimir y dar bala¨ . Al final la obra de Vallejo es una de las muecas de esta sociedad, muecas que se van modificando con cada generación. Hoy nos paramos a dar una mirada y es palpable el gran problema social que hay en este país, aún Medellín es un lugar de referencia para las drogas, prostitutas, combos, etcétera. La desigualdad sigue, somos producto de ella y nuestros hijos también lo serán. Hoy nosotros alimentamos la violencia, mañana ellos. Respondemos a nuestro destino histórico. Tal vez Dios o la Santa virgen o ambos lo quisieron así… aunque ¨Dios no existe y si existe es la gran gonorrea¨ . + Leer más |
Gregorio Samsa es un ...