|
|
Corazones en el balcón de Dona Ter
No puedo sacarte de mi cabeza y miedo me da que llegues al corazón
|
|
Como después de marzo, abril de Dona Ter
La vida son momentos y en cada uno de ellos cambian las prioridades.
|
Dona Ter
—Querido Roi, déjame decirte que valiente no es el que salta si la ventana está abierta, es el que sabe cuando toca cerrarla.
|
Dona Ter
Mi abuela solía decir que mientras bailas no te duelen los pies. Y esos días bailé como nunca en mi vida y sentí todo hasta un extremo que nunca imaginé posible; pero nada de dolor. Eso explica por qué ahora sí duele. Duele la piel que añora sus caricias. Los recuerdos que han enraizado en lo más profundo. Me duelen los besos que mueren sin encontrarse con sus labios. Duele porque he dejado de bailar. Un dolor que me recuerda que fue real. Breve comparado con la inmensidad del tiempo. Insuficiente para mi necesidad de estar con ella.
|
Dona Ter
En uno de mis viajes conocí a un viejo en Malta que me dijo que al amor hay que entregarse con las manos abiertas para dar… y para dejarlo ir.
|
|
|
|
|
|
Cuéntaselo a Chantal: Luscofusco de Dona Ter
La tercera ley de Newton dice que toda acción tiene una reacción.
|
Hueles a lluvia de Dona Ter
Hueles a esa esencia de locura que da ganas de bailar bajo la lluvia, a saltar charcos
|
Hueles a lluvia de Dona Ter
Ese algo que no se explica, solo se siente. Ese algo que hace soñar. Ese algo por el que merece vivir
|
|
Cuéntaselo a Chantal: Luscofusco de Dona Ter
(…) Tengo casi cuarenta años, he viajado mucho y conocido a gente muy dispar y de la que he absorbido su sabiduría, aunque también he aprendido de la peor cara de la humanidad. Sé que la vida sin cicatrices es una vida desperdiciada. Hace años que sé quien soy, lo que me gusta y lo que no. No sé si es este trabajo el que me ha vuelto solitario o me gusta el mar porque en él no tengo que fingir. Creí tener el rumbo fijo de mi vida. Pero un día noté una brisa, llegó por popa sin que me diera cuenta. Y me dejé llevar, cambié el rumbo sin percatarme hasta que fue demasiado tarde de que la brisa era un huracán tan perdido que no sabía si quería destrozarse ella misma o a mí. Fui de cabeza al ojo del huracán. Caí en la red de pescador, pero juro que nunca ha habido pez más feliz por ser pescado. |
Cuéntaselo a Chantal: Luscofusco de Dona Ter
Lo he dicho antes, no soy de descripciones… O al menos de las normales. Definir a Lota es definir la sensualidad, la risa sin reservas y las noches que no terminan con el amanecer. Era pequeña, bonita. Sencilla. Su pelo se tornaba trigo cuando le tocaba el sol y el mar se reflejaba en sus ojos. Su sensualidad residía en que era natural a pesar de encontrarse frente a un desconocido. Ver que tampoco llevaba reloj debería haber sido otra señal de que a ella tampoco le importaba el tiempo. |
Cuéntaselo a Chantal: Luscofusco de Dona Ter
—¿Por qué Luscofusco? —En gallego, es el nombre que recibe la luz que resta después de una puesta de sol. Ese limbo entre el día y la noche. Y siento que desde marzo estoy ahí, detenido. El sol se ha ido y temo la llegada de la oscuridad. |
Cuéntaselo a Chantal: Luscofusco de Dona Ter
—Buenas noches, Roi. Chantal tiene una voz de terciopelo. Me recuerda al vino de barrica: afrutada, espesa y con un deje sensual… No sé si tiene mucho sentido lo que digo, pero nunca se me han dado bien las descripciones. Y después del segundo whisky, que me he bebido de un trago, mis comparaciones pueden sonar a poesía; de la compleja y enrevesada. |
Fue publicada en ...