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La ley de los justos de Chufo Lloréns
La vida le sonreía, ofreciéndole todas las ventajas imaginables. Nada le faltaba. Llegado el momento sería muy rico; era joven, hermoso como un dios del Olimpo; difícilmente se le resistía alguna mujer, ya fuera casada, viuda o soltera. Era socio del Círculo del Liceo y del Club de Esgrima, y su vitola de ex campeón de España de florete le abría las puertas de los círculos más cerrados y exclusivos y de los mejores salones, donde su reputación de afamado deportista lo proveía de una aureola envidiada por los hombres y, sin embargo, dotada a la vez de un encanto que atraía a las más bellas de entre las bellas, las cuales caían rendidas como las mariposas a la luz.
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La ley de los justos de Chufo Lloréns
Las noticias que pregonan los periódicos españoles como el ABC, La Vanguardia, La Amenidad, La Época, La Publicidad, El Noticiero Universal, El Imparcial y El Correo Militar, que, aunque con retraso, aquí llegan, e incluso los publicados en la isla, como Diario de la Marina o La Unión Constitucional, no destapan la cruda realidad, que no es otra que el pernicioso efecto que causan las diatribas que ese loco de José Martí lanza desde América y que están incendiando al pueblo y van a conseguir parar el comercio de toda la isla.
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La vida que nos separa de Chufo Lloréns
(...) la ausencia afirma los amores, las amistades y los recuerdos… Estos días he de almacenar todo lo que me digas, me enseñes y nos ocurra para tener material que alimente mi memoria cuando me vaya.
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La vida que nos separa de Chufo Lloréns
Sé muy feliz. Y si te sirve de algo, ten claro que si me llamas, en cualquier circunstancia, acudiré a tu lado.
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La vida que nos separa de Chufo Lloréns
—Adiós, mi niña, sé feliz y aprovecha el tiempo. Y por si a tu regreso tu abuela ya no está, no olvides esto: ve a donde tu corazón te lleve y no hagas caso de los consejos de nadie, tu vida es tuya.
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La vida que nos separa de Chufo Lloréns
—Bueno…, dime, niña, ¿tú estás enamorada o no? —Yo qué sé, abuela. Doña Candelaria se puso seria. —Mariana, eres joven pero no eres tonta. A ver, contéstame: ¿cuando te despiertas por las mañanas piensas en él? —Muchos días sí. —¿Y cuando te acuestas por la noche? —A veces. Doña Candelaria negó con la cabeza. —Date tiempo. El tiempo todo lo aclara. |
La vida que nos separa de Chufo Lloréns
Los jóvenes andáis siempre acelerados, y no hace falta correr. La vida corre sola. |
Te daré la tierra de Chufo Lloréns
El consejo de su maestro Epicuro recomienda la aurea mediocritas, es decir, vive lo mejor posible sin despertar la envidia de los demás.
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Te daré la tierra de Chufo Lloréns
Si ya de esta manera la envidia, que es hija de la ineptitud y de la malquerencia de los mediocres, hace que cada tanto las aguas se desborden y tengamos que recluirnos en nuestros calls, imaginaos qué sucedería si entráramos en competencia con los cristianos.
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Te daré la tierra de Chufo Lloréns
-Jamás me han asustado los retos. Bien al contrario, me estimulan. Llevo trabajando toda la vida y no sé hacer otra cosa. La honradez, dadla por supuesta, y el tomar matrimonio es algo que tarde o temprano deberé considerar.
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Te daré la tierra de Chufo Lloréns
Es duro ver que en lo más profundo de nuestro corazón se derrumban edificios que creíamos firmemente asentados al descubrir nuevas aportaciones a nuestros conocimientos que alumbran cosas que creíamos inamovibles, con una nueva luz.
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Te daré la tierra de Chufo Lloréns
Realmente entiendo lo que decís: no se puede juzgar a nadie sin haber oído la historia en su totalidad.
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La ley de los justos de Chufo Lloréns
Siempre lo he entendido, Paulino: unos nacemos para cargar el mundo sobre nuestras espaldas hasta rompernos el espinazo y otros para gozar del fruto de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo.
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La ley de los justos de Chufo Lloréns
—¿Te das cuenta de que eres un esclavo de mierda? —Me doy cuenta de que soy lo que siempre he sido, un esclavo, aunque mi pensamiento es libre. |
¿Qué objeto le lanzaron los gemelos Weasley a Voldemort a la cara?