Jane Eyre de Charlotte Brontë
No alcanzaba a comprender esta doctrina de la resignación ante lo insoportable, y aún menos capaz era de entender o compartir la clemencia manifestada hacia la autora del castigo.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No alcanzaba a comprender esta doctrina de la resignación ante lo insoportable, y aún menos capaz era de entender o compartir la clemencia manifestada hacia la autora del castigo.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Es una tontería y un síntoma de debilidad decir que no puedes soportar algo que el destino te manda para que lo soportes.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Trae más cuenta soportar con paciencia un dolor que solamente sufres tú, que emprender atolondradamente una decisión cuyas perjudiciales consecuencias alcanzarían también a gente vinculada contigo.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
He oído hablar de las ensoñaciones de algunas personas despiertas; ¿estará ahora soñando despierta? La mirada la tiene clavada en el suelo, pero seguramente no ve el suelo, sus ojos parecen vueltos hacia adentro, hacia su corazón; creo que mira a lo que tal vez recuerda, no a lo que tiene de verdad delante.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No soy un pájaro y ninguna red me atrapa: soy un ser humano libre con una voluntad independiente.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
¡Qué cobarde y asustadiza me había vuelto por culpa de los injustos castigos recientemente padecidos!
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
me refugiaba en la cama huyendo del frío y de la oscuridad. Siempre metía a la muñeca conmigo. Todos los seres humanos necesitan querer a alguien y yo, ante la escasez de personas merecedoras de mi amor, me las había ingeniado para encontrar placer en mimar y acariciar aquella imagen fantasmal y marchita, andrajosa como un minúsculo espantapájaros.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Y supone una gran estrechez de miras por parte de algún ilustre congénere del sexo masculino opinar que la mujer debe limitarse a hacer repostería, tejer calcetines, tocar el piano y bordar bolsos. Condenarlas o reírse de ellas cuando pretenden aprender más cosas o dedicarse a tareas que se han declarado impropias de su sexo es fruto de la necedad.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
¡Cómo me hubiera apetecido en aquel momento verme arrojada a los remolinos de una tormentosa e incierta lucha por la vida, aprender, a través de aquella amarga experiencia, a apreciar y añorar el sosiego que ahora me afligía!
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
la forma sin forma [...] la sombra de un sueño [...] ¿Cómo podrían parecer tan claros, cuando apenas brillan, si no fuera porque el planeta que los domina reprime su fulgor?
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Los convencionalismos no son la moral. La santurronería no es la religión. Atacar lo primero no es asaltar lo segundo. Arrancar la máscara del rostro de los fariseos no es alzar una mano impía contra la Corona de Espinas.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
el porvenir era una página en blanco: algo semejante al mundo que sobrevino tras el diluvio.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No dejaba de sentir una especie de placer salvaje al correr encabezando el viento, y disolver en aquel estruendoso e inconmensurable torrente que se adueñaba del espacio las tribulaciones de mi alma.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Anhelaba con febril osadía que el viento soplase con acentos aún más salvajes, que el ocaso se precipitase en total negrura y que la confusión de las voces alcanzase cotas de algarabía.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Los castigos injustos habían logrado convertirme en el ser más cobarde de la tierra.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Como se sabe, es muy difícil arrancar de un corazón cuyo suelo no ha sido abonado con la educación los prejuicios, que crecen allí fuertes como la mala hierba entre las piedras.
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El profesor de Charlotte Brontë
un hombre es dueño de sí mismo pero solo hasta cierto punto y nunca más allá.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
El convencionalismo no es la moralidad. La santurronería no es la religión. Atacar aquella no es defender esta. Quitarle al fariseo su careta no significa alzar la mano contra la Corona de Espinas.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No debo querer a los que insistan en no quererme a mí, por mucho que intente agradarles. Debo resistirme a los que me castigan injustamente. Es tan natural como querer a los que me muestran afecto, o someterme al castigo que considero merecido.
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