Jane Eyre de Charlotte Brontë
Nadie sabe cuántas rebeliones, aparte de las políticas, fermentan en los ánimos de las gentes.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Nadie sabe cuántas rebeliones, aparte de las políticas, fermentan en los ánimos de las gentes.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Nuestra luna de miel va a durar la vida entera, y solo tu muerte o la mía podrán ponerle fin.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Mi corazón le pertenece por entero, y puede quedarse con él, aunque dispusiera el destino que el resto de mi ser hubiera de exiliarse para siempre.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
¿No sería absurdo, Die, encadenarme para toda la vida a un hombre que no es capaz de considerarme más que como una herramienta eficaz?
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Mi cuerpo estaría sometido a su opresivo yugo, pero mi alma y mi corazón no tendrían dueño.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Haga lo que haga con la jaula, nunca podré aprisionar a la hermosa e indomable criatura que está dentro.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No soy ningún pájaro, ni nadie me ha echado la red. Soy un ser humano libre, con voluntad independiente, y esa voluntad, que no necesita de permisos, la estoy ejerciendo ahora: me voy de su lado porque quiero.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Yo, cuando me case, tengo decidido que mi marido no sea mi rival sino mi eco. No toleraré un competidor cerca de mi trono y exigiré de él una dedicación no compartida, no consentiré que su veneración por mí abarque también la imagen que le devuelve el espejo.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Para ellas no significa lo que para mí —pensé—, no es de su raza. Creo que es de la mía, mejor dicho, estoy segura, lo siento totalmente afín a mí, entiendo el idioma de sus gestos y sus movimientos. Aunque sea tan profundo el foso que la alcurnia y el dinero han excavado para separarnos, en mi cabeza y en mi corazón, en mi sangre y en todo mi sistema nervioso hay algo que me hermana con él.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Le miré, en efecto, con una mezcla de placer y sobresalto, como oro puro veteado por aceradas agujas de agonía. Un placer similar al que debe de sentir un hombre medio muerto de sed cuando sabe que el pozo hasta cuyo brocal se ha arrastrado está rebosante de agua envenenada, y a pesar de todo se inclina a beberla a tragos gloriosos.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
es locura por parte de las mujeres dar pábulo en su interior a amores secretos y encerrados, que, al no hallar correspondencia ni poder expresarse, pueden llegar a devorar la vida de quien los alimenta.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Se da por supuesto que las mujeres son más tranquilas en general, pero ellas sienten lo mismo que los hombres; necesitan ejercitar y poner a prueba sus facultades, en un campo de acción tan preciso para ellas como para sus hermanos. No pueden soportar represiones demasiado severas ni un estancamiento absoluto, igual que les pasa a ellos. Y supone una gran estrechez de miras por parte de algún ilustre congénere del sexo masculino opinar que la mujer debe limitarse a hacer repostería, tejer calcetines, tocar el piano y bordar bolsos. Condenarlas o reírse de ellas cuando pretenden aprender más cosas o dedicarse a tareas que se han declarado impropias de su sexo es fruto de la necedad.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
No sirve de nada afirmar que para los seres humanos debe suponer satisfacción suficiente el haber alcanzado la tranquilidad. Necesitan acción, y si no consiguen hallarla, la inventan.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
de pronto me acordé de lo ancho que era el mundo, y del abanico de esperanzas y miedos, de sensaciones y aventuras que aguardaban a quien tuviera el coraje de lanzarse a su espesura, desafiando peligros, en busca de vida y conocimientos verdaderos.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
—Además, aunque todo el mundo te odiase y te tratase como a una apestada, mientras tu propia conciencia te diera la aprobación y te absolviera de toda culpa, no estarías sin amigos.
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Jane Eyre de Charlotte Brontë
Tú eres buena con los que te tratan bien, yo no pido otra cosa. Si la gente fuera siempre cariñosa y obediente con quienes no tienen piedad ni son justos, los malos no encontrarían trabas en su camino, no tendrían miedo ni se les ocurriría nunca rectificar; al contrario, irían a peor. Cuando nos pegan sin motivo, tenemos que reaccionar enérgicamente, claro que sí, y devolver el golpe, para que aprenda y escarmiente el que nos ha pegado.
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