El príncipe cautivo de
C. S. Pacat
La desconfianza y la aversión hacia Laurent se revolvieron en su interior, pero, entonces, Damen recordó su situación. En Akielos, había luchado contra sus cadenas y, como resultado, se las apretaron todavía más. Aquí no era más que un esclavo, y la oportunidad de escapar se presentaría si no la echaba a perder por un arranque de orgullo exacerbado. Podría soportar el pueril y triste sadismo de Laurent. Damen debía volver a Akielos, y eso significaba que, por el momento, debía hacer cuanto le ordenasen.
Con cautela, dio un paso hacia delante.