La rebelión del rey de C. S. Pacat
—No. Escúchame, Damianos. Confías ciegamente en la gente. Ves el mundo en términos absolutos: si crees que alguien es tu enemigo, nada te disuadirá de armarte para enfrentarte a él. Pero cuando le das tu cariño… Cuando juras lealtad a un hombre, tu fe en él es inquebrantable. Lucharías por él con tu último aliento, desoirías cualquier palabra dicha en su contra e irías a la tumba con su lanza clavada en el costado. —¿Acaso tú no lo harías por mí? —cuestionó Damen—. Sé lo que implica que estés a mi lado. Sé que si me equivoco, lo perderás todo. |