Warrior Serpiens de
Azahara Vega
—¡Joder, Jaidev, creo que me has roto una costilla!
—Y tú has roto la televisión, ¡maldita sea, Salvier! ¡Era nueva! —se quejó Daven, acercándose hasta lo que quedaba del aparato. La serpiente la había tirado al suelo cuando impactó contra la pared. La pantalla estaba quebrada, ya no valía para nada.
—¿Me ha roto una costilla y a ti solo te preocupa la puta televisión? —masculló Salvier, levantándose del suelo y palpándose el pecho con una mano. Sí, tocó un punto cercano a su corazón. Tenía una costilla rota o, al menos, fisurada. Joder, cómo dolía.