Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Asombra tanta nobleza en los que lucha y tanta vileza en los que están lejos del frente.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Asombra tanta nobleza en los que lucha y tanta vileza en los que están lejos del frente.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Son buenos hombres, asegura, aunque diferentes de los muchachos duros que defienden Pepa: críos asustados y padres de familia que llevan una semana viendo morir a sus camaradas, y a quienes a estas alturas la República importa un pimiento.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Sois testigos de que la República lucha como nadie lo hizo nunca. Los que tenemos enfrente son fascistas, pero también españoles; y eso los convierte en duros de pelar. Si nosotros somos la mejor infantería del mundo, ellos son la segunda.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“No hay nada bello ni romántico en un soldado muerto. Eso queda para las pinturas de los museos, los versos de los poetas y la demagogia de los políticos. La realidad inmediata sólo es carne muerta, carroña pudriéndose al sol.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Hay un momento complicado, cuando descubres que una guerra civil no es, como crees al principio, la lucha del bien contra el mal... Sólo el horror enfrentado a otro horror.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“La misma persona puede luchar como una fiera y media hora después correr despavorida como una liebre. Los héroes no existen. Sólo las circunstancias.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“-Lo mío es como una maldición, ¿no crees?... Cuatro días huyendo, y sigo en el mismo sitio.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Entre los que cargan con los cuerpos alcanza a ver a dos rojos que, algo adelantados, aprovechaban para reconocer de más cerca las posiciones de la ermita. Parecen oficiales, y Pardeiro observa a través de los prismáticos a uno que parece estar mirándolo a él. De modo casi automático, sin apartar los ojos de la doble lente, el alférez se lleva la mano derecha al gorrillo, a modo de saludo, y tras un momento el de enfrente imita el gesto, alzando un puño cerrado hasta la sien.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Taciturnos, flacos y hasta cortos de talla bastantes de ellos, muchos con gafas, ya no parecen vanguardia del proletariado internacional llegada de todos los lugares del mundo, sino sólo hombres duros y cansados a los que se exigió demasiado y ya no esperan victorias, sino supervivencia.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“En realidad, en el fondo y en la forma se trata de eso, piensa Pardeiro. Cuestión de cojones. De ellos y nosotros, de quién se atreve y de quién aguanta más que el otro. Muy español, todo. Muy propio de ambos bandos. Un pulso bestial por unos pocos metros de terreno cuya posesión no cambiará el curso de la guerra.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“-¿Ibas al colegio, Tonet? -Sí. Hasta que mataron al maestro. -¿Los rojos? -Los falangistas. Lo ha dicho con infantil indiferencia. Como sí, a su corta edad, matar o morir fuese ya para él lo más normal del mundo.” |
Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“-¿Por qué eres comunista, camarada Patricia? [...] -Porque es el único partido español casi completamente obrero -responde tas un momento-. Y eso supone trabajo, disciplina, eficacia, heroísmo silencioso... -Y poca democracia. -La democracia está sobrevalorada -afirma ella con calor-. Sólo es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano.” |
Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“La guerra, reflexiona Pardeiro mientras mira irse al sargento, es sobre todo cuestión de aritmética: Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos.”
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Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“-Es lo malo de estas guerras -va diciendo Olmos, a su espalda-. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tú, y como que así, ¿no?... Se te enfrían las ganas.”
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Los perros duros no bailan de Arturo Pérez-Reverte
Mi cabeza ya no es lo que era antes. Las ideas y los recuerdos van y vienen, y las cicatrices viejas que tengo en el hocico, las patas y el lomo parecen volverse frescas. Envejezco, supongo.
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La sombra del águila de Arturo Pérez-Reverte
…La tarde del último día de abril de 1814, once hombres con una vieja guitarra cruzaron la frontera entre Francia y España. Algunos cargaban hatillos al hombro y aún podían reconocerse, en sus ropas hechas jirones, los restos azules del uniforme francés. Llevaban los pies envueltos en ropas destrozadas y harapos. Enflaquecidos y exhaustos, barbudos, sucios, parecían una manada de lobos vagabundos y acosados, en busca de un lugar donde refugiarse, o donde morir.
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La sombra del águila de Arturo Pérez-Reverte
—¡Murat! El mariscal Murat, emperifollado como para un desfile, se cuadró con un taconazo. Iba de punta en blanco, con uniforme de húsar y entorchados hasta en la bragueta (…) —Murat. —Sí, Sire. —Sugiera algo de una puñetera vez. |
La sombra del águila de Arturo Pérez-Reverte
Entonces Peláez solucionó la papeleta yéndose derecho a Dufour y alumbrándole la sesera sin decir esta boca es mía, y al coronel se le quitaron las dudas de golpe. Y es que no hay nada como un pistoletazo a bocajarro en el momento oportuno.
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La sombra del águila de Arturo Pérez-Reverte
Le Petit Caporal, el Pequeño Cabo, lo llamaban los veteranos de su Vieja Guardia. Nosotros lo llamábamos de otra manera. El Maldito Enano, por ejemplo. O Le Petit Cabrón.
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Los perros duros no bailan de Arturo Pérez-Reverte
—Cachorrillos o adultos, mataremos a cuantos podamos, como en el Desolladero, y que el Gran Perro, o el Dios de ellos, separe a los buenos de los malos.
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¿Con qué frase empieza esta novela?