Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
“Entre los que cargan con los cuerpos alcanza a ver a dos rojos que, algo adelantados, aprovechaban para reconocer de más cerca las posiciones de la ermita. Parecen oficiales, y Pardeiro observa a través de los prismáticos a uno que parece estar mirándolo a él. De modo casi automático, sin apartar los ojos de la doble lente, el alférez se lleva la mano derecha al gorrillo, a modo de saludo, y tras un momento el de enfrente imita el gesto, alzando un puño cerrado hasta la sien.”
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