El color de las cosas invisibles de Andrea Longarela
Me di cuenta de que con Jack sentía eso. Él ponía voz a cosas que yo tenía y que ni en mil espejos habría atisbado.
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El color de las cosas invisibles de Andrea Longarela
Me di cuenta de que con Jack sentía eso. Él ponía voz a cosas que yo tenía y que ni en mil espejos habría atisbado.
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El color de las cosas invisibles de Andrea Longarela
Recuerda que si no permites que nadie pase por aquí —me rozó el corazón con los dedos— es como si no hubieras vivido.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
«Qué jodido es el miedo. Qué inmenso el primer amor. Qué putada cuando, además, sabes que será el único.»
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
«Hogar» no es donde uno crece, ni duerme, ni vive. «Hogar» es donde uno quiere echar raíces, envejecer y morir. Puede ser un lugar o las manos de alguien que te sujeten.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Las personas somos decisiones. Las personas somos lo que hacemos, no lo que decimos o nos esforzamos por creer. Las Personas somos los riesgos que corremos, las promesas que cumplimos y lo que damos a los demás de nosotros mismos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
A veces lo mejor de irse es la posibilidad de regresar.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
La quería. Supongo que nunca había dejado de hacerlo. La quería sin motivos y sin tener que esforzarme. La quería por cómo era, incluso con lo malo. Cuando lo merecía y cuando no. Simplemente, la quería. |
Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Juntos resultaba sencillo. Separados, el mundo se convertía en un continuo desastre natural.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Es fácil agarrarse a lo que sea que te haga sentir viva y un poco menos vacía.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
La vida es un sinfín de casualidades, de decisiones, de pasos que nos acercan y alejan una y otra vez del camino que creíamos firme.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Cuando no tienes nada, te hacen creer que eso es lo que mereces, y no es cierto. Y yo se lo había gritado al mundo de todas las formas posibles.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos del lugar al que vamos cuando cerramos los ojos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
El tiempo, la distancia y las experiencias nos moldean y nos cambian. Y no pasa nada, aunque toca pasar el trago de aceptar que lo que amaste un día quizá ya no exista.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Porque cambiamos. Por mucho que nos empeñemos en creerlo, nunca somos los mismos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Y es que siempre existe un «pero» capaz de joderlo todo, aunque sea el más bonito de tu vida.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Siempre he creído que una colección de tres monedas valiosas es mejor que una de cien que no valen nada.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Por fin era consciente: yo creía en las raíces. Las defendía. Eran lo más fuerte y consistente de mi vida. Yo creía en aquello que tiraba de tu cuerpo para mantenerte los pies anclados en el suelo. Pero Vi no. Vi no tenía raíces. Vi tenía alas. Unas inmensas que jamás la dejarían asentarse en tierra firme. Vi era un pájaro y yo vivía felizmente en mi jaula.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos lo que damos a los demás, sin darnos cuenta de que, si se marchan, te llevan consigo.
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