Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Hay puertas que, por mucho que quieras, cuestan un mundo que se cierren.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Hay puertas que, por mucho que quieras, cuestan un mundo que se cierren.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Somos un puñado de decisiones. Somos los pasos que damos y las elecciones que hacemos. Somos los caminos, las personas, los lugares que dejamos atrás y también a los que nos dirigimos.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
Hay algo adictivo en gustar, en que te admiren. Es una de esas drogas lentas, que se cuelan en tu organismo sin que te des cuenta hasta que no puedes vivir sin ellas. Yo, aquella noche, la probé por vez primera y me enganché para siempre.
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Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
A veces, la piel expresa mucho más que las palabras.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
—¿Oyes eso? —¿El qué? —Es el sonido de un beso en el fondo del mar. |
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
El amor seguía ahí, pero este no siempre es suficiente. Entre otras cosas, porque hay protegerlo, cuidarlo y respetarlo.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
No somos el reflejo que nos devuelve un espejo. Somos las mil versiones distintas de un caleidoscopio que la vida no deja de agitar.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Hay errores de los que nos cuesta un mundo desprendernos.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Siempre hay una última vez. Lo peor de ellas es que en muy contadas ocasiones se sabe que lo son. Eso las hace aún más crueles.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
[…] el olvido es un imposible cuando los momentos vividos se quedan no solo grabados en tu cabeza, sino también bajo la piel, en ese lugar reservado para las personas que merecen la pena.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Porque todas las personas no solo somos lo que mostramos en el presente, sino también un pasado que no tiene por qué encajar con el ahora.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Cuando una persona te gusta de verdad, lo que quieres es que sea más ella que nunca.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
El tsunami nos encuentra en un beso. Todo desaparece. Somos nada. |
El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
—¿Enamorarte una o cien veces? […] —Cien. O mil. Todas las posibles. Pero de ti. |
El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Solo entonces, se pone de puntillas, sujeta mis mejillas entre las manos y su boca roza la mía. Es una caricia, apenas un suspiro compartido. Es tan sutil que me recuerda al viento. Pero es real. Es un beso. O un maremoto a pies quietos.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
La nada. Solo se siente con unas pocas personas. Solo unos pocos afortunados saben lo que es sentirse en calma, saciados, livianos, completos. Motas de polvo flotando en mitad de mis aguas que se encuentran y que, pese a sus manos vacías, sienten que lo tienen todo. |
El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
No hay nada peor que desear algo que persigues y que siempre se te escapa.
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El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
—¿Qué es el amor para ti? […] —Creo que tiene que parecerse a la nada. […] Como cuando te lanzas al agua y metes la cabeza debajo. Esa sensación de que todo desaparece y te sientes… bien. Cómodo. Vivo. O como cuando flotas en mar abierto, cierras los ojos con el sol de cara y sonríes, porque en ese instante no necesitas nada más. |
El faro de los amores dormidos de Andrea Longarela
Suspiro contra su boca y me imagino un beso. Uno único. Uno que nunca me ha dado nadie. Uno en medio del mar, perdidos, donde solo habita el silencio.
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Gregorio Samsa es un ...