Nosotros en la luna de Alice Kellen
(…) no era tan sencilla como parecía en un primer momento. Que no era la chica de la sonrisa eterna y la que siempre se esforzaba por contentar a los demás. Era al revés. La que se tragaba sus miedos. La que acumulaba sus deseos. La que tenía que hacer esfuerzos para encontrarse al mirarse en el espejo.
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