Donde todo brilla de Alice Kellen
A veces necesitamos que algo nos recuerde cuáles so nuestras prioridades.
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Donde todo brilla de Alice Kellen
A veces necesitamos que algo nos recuerde cuáles so nuestras prioridades.
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Donde todo brilla de Alice Kellen
A veces la felicidad del instante llega así: a golpecitos. Como pequeños incendios que calientan el alma antes de extinguirse tan rápido como han aparecido.
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Donde todo brilla de Alice Kellen
Todos lo hacemos, todos guardamos retazos del pasado en lugares recónditos, los conservamos aunque les demos la espalda para seguir adelante
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
- No me has dicho cómo se titula. - El día que dejó de nevar en Alaska. |
El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
- ¿Y cómo te llamabas antes? - Kayden - Coge aire -. Kayden Storm. |
El chico que dibujaba constelaciones de Alice Kellen
Porque hay amores que no se pueden comprar, de esos en los que no importa la sangre ni lo que las normas sociales te dicten.
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Donde todo brilla de Alice Kellen
La vida es solo un puñado de decisiones, unas mejores y otras peores, aderezadas con una pizca de suerte y otro poco de intuición
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23 otoños antes de ti de Alice Kellen
—¿Cómo puedes pasar de querer marcharte sin más a desear estar con una persona durante el resto de tu vida? ¿Cómo puede ser que lo que sientas sea tan volátil, tan frágil…? —Su mirada estaba cargada de decepción.
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La teoría de los archipiélagos de Alice Kellen
Pero aquel día, cuando vio llegar a Candela, aún no le preocupaba que su corazón tuviese tendencia a buscar en los demás sus propias carencias.
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El mapa de los anhelos de Alice Kellen
He comprendido que la muerte es constante y siempre está presente, porque mueren los instantes que vivimos y dejamos atrás, mueren los sueños y aquellos que fuimos, muere la niñez y la inocencia, mueren las ciudades que van cambiando con el paso del tiempo, muere hasta el odio. Todo muere. Todo.
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El mapa de los anhelos de Alice Kellen
En ocasiones, volver a los lugares donde hemos sido felices es lo único que se necesita para que los puntos de sutura permanezcan inmóviles sobre las heridas abiertas.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Me gustaría decir que, a medida que lo conozco más, me convenzo de que estamos bien así, limitándonos a un par de miradas anhelantes al día. Pero no. No sería cierto. De hecho, empieza a resultar incómodo fingir que solo me interesa como amigo, porque lo que siento cuando lo veo está lejos de parecerse a la calma (...)
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Escucha antes de hablar. Y observa sin juzgar. Si lo haces, descubrirás esos matices que ahora son invisibles para ti. Caminas medio ciega por el mundo. Te lo estás perdiendo todo.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Algunas cosas antiguas, de hecho, me parecen más bonitas que las nuevas. Esconden vida, años, experiencia, recuerdos.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Es el único que parece poder ver lo que hay en mí más allá de todas las capas tras las que me escondo y me protejo. Caos sabe que solo soy una cebolla triste y asustadiza. Me gusta caminar a su lado, la compañía silenciosa, esa fidelidad desinteresada.
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La teoría de los archipiélagos de Alice Kellen
-¿Se puede querer así? -Se puede querer de tantas maneras que ni en cien vidas alcanzaríamos a entender cada una de ellas. -Martín se encendió un cigarrillo y expulsó el humo lentamente mientras se miraban a los ojos-. ¿Cómo quieres tú? -¿Yo? Con todo. No sé hacerlo de otra forma. |
La teoría de los archipiélagos de Alice Kellen
Pero la vida es una cinta sin opción de rebobinado que siempre sigue avanzando hacia delante, incluso aunque el protagonista sienta que no puede respirar.
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Tú y yo, invencibles de Alice Kellen
Mirando a mi alrededor. La inspiración siempre está ahí solo hay que saber verla y transformarla en algo propio. Todo está dicho, si, pero ¿cómo lo dirías tú? Ahí reside la clave del arte. La esencia del creador debe reflejarse en el resultado.
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Tú y yo, invencibles de Alice Kellen
Alegrarse por la felicidad ajena debería ser un requisito fundamental en la primera línea del currículum de la amistad
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La edad de la inocencia