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El siglo de las luces de Alejo Carpentier
Con la libertad,llegaba la primera guillotina al nuevo mundo.
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VIAJE A LA SEMILLA de Alejo Carpentier
El padre era un ser terrible y magnánimo al que debía amarse después de Dios. Para Marcial era más Dios que Dios, porque sus dones eran cotidianos y tangibles. Pero prefería el Dios del cielo, porque fastidiaba menos.
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Le royaume de ce monde de Alejo Carpentier
En Afrique, le roi était guerrier, chasseur, juge et prêtre ; sa précieuse semence engrossait des centaines de ventres d'où naissait une vigoureuse lignée de héros. En France et en Espagne, en revanche, le roi envoyait combattre ses généraux ; il était incompétent dans le réglement des procès, se faisait rabrouer par le premier moine venu, son confesseur, et en fait de virilité se contentait d'engendrer un prince malingre, incapable de tuer un cerf sans l'aide de ses veneurs, à qui on donnait, inconsciente ironie, le nom aussi inoffensif et frivole que le dauphin.
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Alejo Carpentier
Los adjetivos son las arrugas del estilo. Cuando se inscriben en la poesía, en la prosa, de modo natural, sin acudir al llamado de una costumbre, regresan a su universal depósito sin haber dejado mayores huellas en una página.
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Reino de este mundo: El Reino De Este Mundo de Alejo Carpentier
El anciano llenaba de cosas hermosas los vacíos dejados entre los restos de paredes, haciendo de cualquier transeúnte ministro, de cualquier cortador de yerbas general, otorgando baronías, regalando guirnaldas, bendiciendo a las niñas, imponiendo flores por servicios prestados.
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El reino de este mundo de Alejo Carpentier
Paulina descubrió que el mar se estaba renovando. Ahora se ornaba de racimos de uvas amarillas, que derivaban hacia e este; traía aguijones como hechos de un cristal verde; medusas semejantes a vejigas azules, que arrastraban largos filamentos encarnados; peces dientusos, de mala espina, y calamares que parecían enredarse en velos de novia de difusas vaguedades (…) El mar era verdecido por extrañas fosforesencias. Un leve frescor parecía descender de estrellas que cada singladura acrecía. |
El reino de este mundo de Alejo Carpentier
Pero entonces le había ocurrido algo muy sorprendente: al cabo de pocos meses, una creciente nostalgia de sol, de espacio, de abundancia, de señorío, de negros tumbadas a la orilla de una cañada, le había revelado que ese “regreso a Francia” para el cual había estado trabajando durante largos años, no era ya, para él, la clave de la felicidad. Y después de tanto maldecir a la colonia, de tanto renegar de su clima, de tanto criticar la rudeza de los colonos de cepa aventurera, había regresado a la hacienda, trayendo consigo a la actriz, rechazada por los tratos de París a causa de su escasa inteligencia dramática.
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El siglo de las luces de Alejo Carpentier
Quienes hablan de una revolucion se ven llevados a hacerla
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El reino de este mundo de Alejo Carpentier
Se le habia dado a entender claramente que no le bastaba ser ganso para creerse que todos los gansos fueran iguales.
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Concierto barroco de Alejo Carpentier
Fuera de la Plaza Mayor, todo era, aquí, angosto, mugriento y esmirriado, cuando pensaba en la anchura y el adorno de las calles de allá ...
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El reino de este mundo de Alejo Carpentier
Se sintió viejo de siglos incontables. Un cansancio cósmico, de planeta cargado de piedras, caía sobre sus hombros descarnados por tantos golpes, sudores y rebeldías. [...] Era un cuerpo de carne transcurrida. Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera.
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El reino de este mundo de Alejo Carpentier
Al fin, las lágrimas se deshacían en un estertor en tres tiempos, que iba muriendo con larga cadencia asmática, hasta hacerse mero respiro.
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El reino de este mundo de Alejo Carpentier
¿Pero acaso una persona culta podía haberse preocupado por las salvajes creencias de gentes que adoraban una serpiente?
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Alejo Carpentier
Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema.
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¿Cuál es el nombre completo de la protagonista femenina en "Una corte de rosas y espinas"?