Anne sin filtros de Iria G. Parente
Si quisiera contar una historia de amor en el mundo real, la situaría en Tejas Verdes, entre sus sillas desiguales y sus mesas adornadas con flores frescas.
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Anne sin filtros de Iria G. Parente
Si quisiera contar una historia de amor en el mundo real, la situaría en Tejas Verdes, entre sus sillas desiguales y sus mesas adornadas con flores frescas.
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Anne sin filtros de Iria G. Parente
(...) porque hay un montón de historias que empiezan justo así, entrando en un lugar por primera vez y enamorándote de él, de los secretos ocultos en sus muros, en sus pasillos.
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La furia y el laberinto de Iria G. Parente
Olympus es como un laberinto. No puedes echar abajo las paredes para llegar al centro: tienes que recorrerlo. Y es tan largo, tan complicado que muchos mueren por el camino.
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La furia y el laberinto de Iria G. Parente
No debería dolerme, pero lo hace, porque una parte de mí es consciente de la brecha que nos separa. Ese trozo de hierba que su eidola no ilumina y que se entromete entre él y yo es en realidad algo más que la distancia entre nuestros cuerpos y el tiempo que llevamos separados.
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Sueños De Piedra de Iria G. Parente
El mundo se mueve con fuerza de voluntad. Luchando. El mundo se sigue moviendo día a día porque hay gente lo suficientemente decidida como para seguir creyendo, incluso si todo se pone en contra.
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Jaulas de seda ( Marabilia 4) de Iria G. Parente
Algunas personas me observan con escepticismo; otras, con devoción. Algunas esperan que haga grandes cosas, mientras que otras creen que voy a fracasar. Yo misma tengo mis dudas. Las llevo teniendo ya mucho tiempo. Miedo de no ser suficiente, de no estar a la altura, de fallar. A veces, antes de intentarlo. A veces también negándome a intentarlo, paralizada por lo que iba a ocurrir.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Tú… Tú eres esperanza, Asteria. Siempre, desde el principio… has sido mi esperanza. Mi esperanza de llegar a mi objetivo, mi esperanza de no estar solo… Incluso ahora, cuando siento que me pierdo a mí mismo. No me importa qué poderes tengas. No me importa el daño que creas que haces. Para mí eres la esperanza que siempre se mantiene escondida entre todos los males del mundo…
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Las luchas que merecen la pena son aquellas en las que creemos de corazón.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Nunca he anhelado tanto ser tocado. Demuéstrame que estamos vivos, deseo decirle, júrame que somos reales.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Por favor, dioses, no me dejéis tener esperanzas. Las esperanzas se aplastan. Las esperanzas, como todo lo que hay en este lugar, mueren.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Puede que la biblioteca sea una cárcel, pero tiene más puertas y ventanas por las que escapar de las que parece.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
(...) la sensación de estar aquí tumbada con Ligeia es el único resquicio de calma que he tenido en estos días.
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El sol y la mentira de Iria G. Parente
(...) ha dicho que al principio nada tendrá sentido. Que dolerá mucho. Que creeré que nada va a ser brillante otra vez. Pero se pasa. Te entumeces o aprendes a vivir con el dolor, o quizá se reduzca finalmente y sane. Ella nunca supo diferenciar qué era lo que pasaba. Solo que mejora.
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El sol y la mentira de Iria G. Parente
Cuando alguien a quien quieres se marcha, cuando de pronto miras a tu lado y ya no lo tienes ahí, al alcance de la mano, algo en ti se rompe. Pero también hay algo en ti que se debate. Algo que se niega a dejarlo ir. Que se niega a aceptar la realidad. Así que te aferras, te prohíbes pensarlo, te quedas muy quieto y te dices que no te está pasando a ti. Decides que no estás preparado para el dolor y te escondes bajo el entumecimiento, porque es mucho mejor que sentirlo todo con demasiada fuerza. |
Rojo y Oro de Iria G. Parente
Pero eres solo... una parte más. Una parte más de este laberinto, una parte más... de mi vida. No lo eres todo, y no te permitiré que lo seas.
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Rojo y Oro de Iria G. Parente
Quizá por eso reconozco entonces el sentimiento: la tristeza. La pena más profunda, la que encoge el alma y te hace creer que nunca podrás recuperarte. La que te ancla a la realidad y a la oscuridad al mismo timepo, como cadenas invisibles que cortan tu capacidad de volar tan lejos como quieras. Es la tristeza de la desesperanza, del futuro arrebatado, de la seguridad de que solo queda pesar.
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¿En que año nació Marcel Proust?