Miau de Benito Pérez Galdós
---¿Tienes novia? (fingiendo indiferencia). ---Novia, lo que se dice novia...no. ---Vamos , algún amor. ---Llámalo fatalidad, martirio... ---Dale con la dichosa fatalidad... Di que estás enamorado. |
Miau de Benito Pérez Galdós
---¿Tienes novia? (fingiendo indiferencia). ---Novia, lo que se dice novia...no. ---Vamos , algún amor. ---Llámalo fatalidad, martirio... ---Dale con la dichosa fatalidad... Di que estás enamorado. |
Miau de Benito Pérez Galdós
---Pues no veas...(echando la zarpa al billete como si éste fuera un ratón), no creas que voy a llevar mi delicadeza hasta lo increíble, rechazando con indignación tu dinero, a estilo teatro. No estamos ahora para escrúpulos ni para indignaciones cursis. Lo tomo, sí, lo tomo, y voy a pagar con él una deuda sagrada, y , además , nos viene bien para...
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Miau de Benito Pérez Galdós
---No creo en Dios--- replicó Victor con sequedad---: a Dios se le ve soñando, y yo hace tiempo que desperté.
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
En donde quiera que vivan los hombre,o verbigracia, mujeres, habrá ingratitud , egoísmo
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
Bueno es que sepas que tamaño ha de tener la sábana antes de estirar la pierna
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
-¿Y soportas, además de la miseria, la vergüenza, tanta humillación, deber a todo el mundo, no pagar a nadie, vivir de mil enredos, trampas y embustes, no encontar quien te fíe valor de dos reales, vernos perseguidos de tenderos y vendedores? -¡Vaya si lo soporto!... Cada cual, en esta vida, se defiende como puede. ¡Estaría bueno que nos dejáramos morir de hambre, estando las tiendas tan llenas de cosas de sustancia! Eso no; Dios no quiere que a nadie se le enfríe el cielo de la boca por no comer, y cuando no nos da dinero, un suponer, nos da la sutileza del caletre para inventar modos de allegar lo que hace falta, sin robarlo..., eso no. Porque yo prometo pagar, y pagaré cuando lo tengamos. Ya saben que somos pobres..., que hay formalidad en casa, que que no haigan otras cosas. ¡Estaría bueno que nos afligiéramos porque los tenderos no cobran estas miserias, sabiendo, como sabemos, que están ricos! -Es que tú no tienes vergüenza, Nina; quiero decir, decoro; quiero decir, dignidad. -Yo no sé si tengo eso; pero tengo boca y estómago natural, y sé también que Dios me ha puesto en el mundo para que viva, y no para que me deje morir de hambre. Los gorriones, un suponer, ¿tienen vergüenza? ¡Quia!..., lo que tienen es pico... Y mirando las cosas como deben mirarse, yo digo que Dios, no tan sólo ha criado la tierra y el mar, sino que son obra suya mismamente las tiendas de ultramarinos, el Banco de España, las casas donde vivimos y, pongo por caso, los puestos de verdura... Todo es de Dios. + Leer más |
Misericordia de Benito Pérez Galdós
En efecto: había existido años atrás una señora muy linajuda, llamada doña Guillermina Pacheco, corazón hermoso, espíritu grande, la cual andaba por el mundo repartiendo los dones de la caridad, y vestía humilde traje, sin faltar a la decencia, revelando en su modestia soberana la clase a la que pertenecía. Aquella dignísima señora ya no vivía. Por ser demasiado buena para el mundo. Dios se la llevó al cielo cuando más falta nos hacía por acá. Y aunque viviera, amos, ¿cómo podía ser confundida por ella, con la infeliz Benina? A cien leguas se onocía en ésta a una mujer de pueblo, criada de servir.
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
Voy a tener otra vez el gusto de dar de comer a ese pobre hambriento, que no confiesa su hambre por la vergüenza que le da... ¡Cuánta miseria en este mundo, Señor! Bien dicen que quien más ha vistp, más ve. Y cuando se cree una que es el acabóse de la pobreza resulta que hay otros más miserables, porque una se echa a la calle, y pide, y le dan, y come, y con medio panecillo, se alimenta... Pero estos que juntan la vergüenza con la gana de comer, y son delicados y medrosicos para pedir: estos que tuvieron posibles y educación, y no quieren rebajarse...¡Dios mío, qué desgraciados son!
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
Anunció el burrero con profética gravedad, que pronto se quitaría todo el dinero en metálico y no quedaría más que el papel, hasta para las pesetas, y que echarían nuevas contribuciones, inclusive por rascarse y por darse de quién a quién los buenos días.
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Misericordia de Benito Pérez Galdós
Mucha más numerosa y formidable que por el sur es por el norte la cuadrilla de miseria que acecha el paso de la caridad, al modo de guardia de alcabaleros que cobra humanamente el portazgo en la frontera de lo divino, o la contribución impuesta a las conciencias impuras, que van a donde lavan.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
Los buenos amigos cierran los oídos al susurro de lo que no les importa.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
Los corazones, oprimidos por una autoridad insoportable, necesitan desfigurarse para que se les permita vivir.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
No hay que criticar, pues hace muy bien en vestirse a la antigua; y si todos los españoles, como él dice, hicieran lo mismo, con la costumbre de vestir a la antigua vendría el pensará la antigua, y con el pensar el obrar, que es lo que hace falta.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
La vida consiste en mil mudanzas dolorosas, y el que confía en la perpetuidad de los sentimientos que le halagan, es como el iluso que viendo las nubes en el horizonte, las cree montañas, hasta que un rayo de luz las desfigura o un soplo de viento las desbarata.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
Diciendo esto, doña Flora desarrollaba ante mis ojos en toda su magnificencia extensión el panorama de gestos guiños, saladas muecas, preciosos mohínes, arqueos de cejas, repulgos de labios y demás signos del lenguaje mudo que en su arrebolado y con cien menjurjes albardado rostro servía para dar mayor fuerza a la palabra.
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Marianela de Benito Pérez Galdós
Se ha declamado mucho contra el positivismo de las ciudades, plaga que entre las galas y el esplendor de la cultura corroe los cimientos morales de la sociedad, pero hay una plaga más terrible, y es el positivismo de las aldeas, que petrifica millones de seres matando en ellos toda ambición noble y encerrándoles en el círculo de una existencia mecánica, brutal y tenebrosa.
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
De cuantos funcionarios ha podido inventar la tutela del Estado, ninguno es tan antipático como el domador de locos. Carcelero-enfermero es una máquina muscular que ha de constreñir en sus brazos de hierro al rebelde y al furioso; tutea a los enfermos, los da de comer sin cariño, los acogota si es menester, vive siempre prevenido contra los ataques, carga como costales a los imbéciles, viste a los impedidos; sería un santo si no fuera un bruto. El día en que la ley haga desaparecer al verdugo, será un día grande si al mismo tiempo la caridad hace desaparecer al loquero.
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
Joaquín: La vida sin dinero es una enfermedad del cerebro, una fiebre galopante, una meningitis. Niel amor es posible en la pobreza. Mete a los amantes más finos y más exaltados, a Romeo y a Julieta, por ejemplo, en un cuchitril, donde no tengan más que el consabido pan y cebolla, y a los dos días se arañan la cara. La miseria es enemiga del alma humana. Con ella no es posible el talento, ni los afectos, ni la amistad, ni el arte, ni la dignidad, ni nada. Es la forma sistémica del mal.
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Gregorio Samsa es un ...