“Los hijos que se quedan sin padres son huérfanos, y los cónyuges que cierran los ojos del cadáver de su pareja son viudos. Pero los padres que firmamos los papeles de los funerales de nuestros hijos no tenemos nombre ni estado civil.”
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“Los hijos que se quedan sin padres son huérfanos, y los cónyuges que cierran los ojos del cadáver de su pareja son viudos. Pero los padres que firmamos los papeles de los funerales de nuestros hijos no tenemos nombre ni estado civil.”
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Lo malo de saber demasiado es que nos negamos el refugio de la ignorancia y el cálido y húmedo consuelo del autoengaño.
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Estamos en el laberinto del dolor, y eso quiere decir que estamos solos. El dolor asusta a los demás, damos miedo. La gente se aleja, no te entiende, esperan que lo superes, que vuelvas a ser el de antes. Pero no puedes, y tampoco sabes explicarlo. No saben qué decirte, no saben qué hacer para que te sientas mejor, y acaban alejándose de ti. Terminamos solos en nuestro laberinto.
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El dolor asusta a los demás, damos miedo. La gente se aleja, no te entiende, esperan que lo superes, que vuelvas a ser el de antes. Terminamos solos en nuestro laberinto.
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No saben que lo urgente nos libera. La vida nos previene de la propia vida. Por suerte, siempre hay demasiadas tareas por hacer. No es mejor la estética del trabajo. Simplemente, es la única soportable.
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¿Con qué frase empieza esta novela?