¡Cobardes!, ¡el Rhin no está allí!, ¡el Rhin está allá!, ¡cobardes!, ¡cobardes!
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¡Cobardes!, ¡el Rhin no está allí!, ¡el Rhin está allá!, ¡cobardes!, ¡cobardes!
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En un momento de rabia imbécil, en medio de carcajadas parecidas a las de locos que se divierten, los fusiles empezaron a volar por el aire imitando los últimos a los primeros rezagados, esparcidos a lo lejos en el campo
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El fusil dio un par de vueltas en el aire, y fue a caer en un surco donde quedó largo e inmóvil, semejante a un muerto. Otros fusiles le siguieron
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Desde que arrastraba su cuerpo bajo aquel sol de justicia, en aquella retirada que parecía una derrota, se había convertido en una bestia más de aquella manada dispersa, desbandada, que iba sembrando hombres por el camino
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Los abandonaban, pues, sin remedio, y las riquezas acumuladas en la estación iban a caer en poder del enemigo, y la ciudad sería aquella misma noche una ciudad conquistada
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MacMahon derrotado, en Froeschwiller, Frossard derrotado en Spickeren, Failly sin poderse mover, inútil entre las dos ... En Froeschwiller, un solo cuerpo contra todo un ejército; se han hecho prodigios, pero todo inútil, la derrota, el pánico
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¡Austria derrotada en Castiglione, en Marengo, en Austerlitz, en Wagram! ¡Prusia derrotada en Eylau, en Jena, en Lutzen! ¡Rusia derrotada en Friedland, en Smolensk, en Moscowa! ¡Derrotadas todas las naciones, en todas partes, y hoy nos iban a derrotar! ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Había cambiado el mundo, acaso?
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(El teniente Rochas) era la leyenda del soldado francés recorriendo el mundo con su mujer y su botella; la conquista de la tierra hecha cantando
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El imperio envejecido, aclamando aún en el plebiscito, pero podrido en su base, que había debilitado la idea de la patria destruyendo la libertad, que se había hecho liberal demasiado tarde, lo que contribuirá a su ruina
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La inteligencia, la fuerza moral de aquel ejército, mandado por jefes jóvenes, obedeciendo a un generalísimo, que parecía renovar el arte de la guerra, con una prudencia y una previsión tan perfectas, dotado de un golpe de vista maravilloso
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?