La biblioteca de fuego

María Zaragoza, a la que no tenía el gusto de conocer pero a la que no perderé de vista, nos narra una historia de amistad, amor, compañerismo y por encima de todo amor por la literatura.

Basándose en la historia real de un montón de héroes anónimos de la guerra civil, nos pasea por un Madrid convulso desde la república hasta la posguerra, con libros bajo el brazo para salvarlos de la barbarie de la guerra y de la quema de libros durante el franquismo.

Con unos simpáticos y singulares personajes, Maria Zaragoza narra una época de nuestra historia a través de Tina, una mujer que ama la literatura por encima de todo que se involucra en el rescate del tesoro artístico y bibliográfico de la Biblioteca Nacional, entremezclando a personajes reales con ficticios.

Es una novela de ritmo pausado, en algunos tramos un poco densa que, pese a todo, me ha gustado mucho.

¡Qué bonita la profesión de bibliotecaria! Dedicar mi vida laboral al descubrimiento, clasificación y cuidado de libros siempre ha sido una de mis profesiones soñadas. Ha sido una delicia acompañar a Tina Vallejo durante sus horas de trabajo en la Biblioteca Nacional.

Tina Vallejo, hija de una buena familia castellana, siempre ha soñado con ser algo más que madre y ama de casa como se esperaba de toda mujer a principios del siglo XX. Su amor por los libros y su valentía la empuja a irse a estudiar a Madrid. Tina llega a la capital sin amigas, con un prometido, unas cuantas maletas y muchísimos sueños.

Madrid la cambiará para siempre. Se desprenderá de todos sus prejuicios y sus miedos, convirtiéndose en la mujer que siempre quiso ser. Pero la Guerra Civil truncará sus planes. Tina formará parte de ese grupo de hombres y mujeres que preservaron, empaquetaron y enviaron a Suiza los libros de la Biblioteca Nacional durante la guerra. Ese grupo invisible de personas olvidadas que salvaguardó la cultura, nuestra cultura. Y también tendrá que guardar más de un secreto…

Ha sido escalofriante recorrer con Tina las calles de Madrid e ir viendo su destrucción a lo largo de los años de la guerra. Es una maravilla verla cuidar y proteger los libros de los grandes autores de nuestra historia nacional. Y te encoge el corazón compartir su miedo por perder a las personas que ama bajo las bombas.

¡No sé a qué esperas para leerlo!
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La historia en sí es muy interesante, pero tal vez se me hizo un poco pesada. Supongo que el contexto histórico es lo que tiene, que saca lo peor de muchas personas y es inevitable odiar muchas situaciones.

Esta obra se trata de un pequeño homenaje hacia aquellos que intentaron salvar la cultura en medio del caos de la guerra, aún sabiendo que ganase quien ganase ellos iban a ser los perdedores.

Es una novela que tiene un trabajo de investigación excelente es como un viaje a la España de los años 30, este libro es un homenaje a todas esas personas (libreros, lectores,bibliotecarias,archiveras, restauradores) que arriesgaron sus trabajos, sus vidas por preservar el acervo cultural de la destrucción causada por guerra civil española; a pesar de sus diferencias ideológicas o credos que pudieron tener, las dejaron a un lado y se unieron para un fin común que era preservar la cultura como generadora de esperanza, y para evitar que se borre la historia y solo sea contada la parte que favorece al grupo ganador del conflicto. Es una lectura que recomiendo tiene de todo amor, suspenso que se desarrolla en ese Madrid de los años 30, es una historia hermosa.

Tina ha llegado al convulso Madrid de los años treinta dispuesta a hacer realidad su sueño: convertirse en bibliotecaria.

En la facultad conoce a Veva, una joven vivaz y rompedora que la introduce en el desconocido mundo de los cabarés y los clubes feministas. En uno de esos clubes encuentra la puerta a un lugar tan secreto como peligroso: la Biblioteca Invisible; una antigua sociedad que vela por los libros, incluso los que están malditos.

Cuando estalla la guerra civil, Tina vivirá una historia de amor clandestina mientras trata de proteger los libros no sólo de los incendios y las bombas, sino también de la ignorancia y los saqueadores.

“La biblioteca de fuego”, de María Zaragoza, es un homenaje a todas esas personas que salvaron el patrimonio histórico y cultural de España durante la guerra civil.

Nadie recuerda sus nombres, pero gracias a su arduo trabajo y a que arriesgaron sus vidas en más de una ocasión, “Las Meninas” o “El cantar del mío Cid”, entre muchos otros, siguen expuestos hoy en el Museo del Prado y la Biblioteca Nacional, respectivamente.

Esta novela, ganadora del Premio Azorín 2022, destila puro amor por la literatura. A Tina, la protagonista, le encanta la lectura y hará todo lo posible por salvar no solo los libros de la Biblioteca Nacional, sino también los del Instituto San Isidro y las bibliotecas de palacios e iglesias víctimas de los saqueos de los milicianos y de los bombardeos del bando Nacional.

Me ha encantado Tina, la protagonista de “La biblioteca de fuego”. Hija de una familia adinerada, llega a Madrid para estudiar y se encuentra con una ciudad descomunal en la que se siente algo provinciana. Será su amiga Veva la que ejerza de cicerone y le muestre a Tina un mundo nuevo en el que artistas y escritores intentan cambiar la sociedad a través de sus obras.

Ese nuevo mundo convertirá a Tina en un soldado de los libros que no sólo luchará por mantenerlos a salvo de los desmanes de los dos bandos en conflicto, sino que la permitirá conocer a María de Maetzu, Rafael Alberti o Federico García Lorca, entre otros.

Lorca es uno de los personajes más entrañables de la novela. La autora nos lo describe como un hombre travieso, risueño y dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitase. Pero también nos habla de los problemas que tuvo para poder llevar a escena “Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín “o de por qué “Un poeta en Nueva York” tardó tantos años en ser publicado tras su asesinato.

La novela nos muestra que un libro no solo es una ventana abierta a un mundo en el que podemos soñar, reír, llorar y olvidarnos por unas horas de la triste realidad que nos rodea. También es una herramienta útil para aprender y ser capaces de defendernos de aquellos que pretenden tomar las riendas de nuestro destino.

“¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir “amor, amor”, y que debían los pueblos pedir como piden pan.”

Federico García Lorca

Hay novelas que se me meten entre ceja y ceja y hasta que no las leo no estoy tranquilo y cumplen con todas mis expectativas y, en cambio, hay otras que también se me meten entre ceja y ceja pero que, por lo que sea, no cumplen totalmente con mis expectativas previas. "La biblioteca de fuego" de María Zaragoza es una de estas novelas que hasta que no las leo no me tranquilizo que no consiguen alcanzar mis expectativas.

Tengo que decir que tiene un muy buen inicio con un ritmo en la narración, sin ser vertiginoso como en otras novelas, constante aunque, para mi gusto, decae muy pronto haciendo cuesta arriba la lectura de la novela. Vuelvo a repetir: esto que digo es opinión personal que puede estar de acuerdo o no con la vuestra.

La idea principal de la novela me gusta. Me gusta la defensa a ultranza que hace "La biblioteca de fuego" a la literatura, a la cultura y, en definitiva, a la palabra escrita. También me gusta en el sentido de que la novela también es un muy buen ejemplo a seguir a la hora de buscar sueños y de esforzarse por cumplir esos sueños sin tener miedo ni a nadie ni a nada. al mismo tiempo, la novela también me ha gustado porque es un grito a la esperanza en un mundo que se rompe, un grito a la libertad y a la igualdad a la que deberíamos alcanzar pero que no terminamos de ponernos manos a la obra.

Por contra, la novela no me ha gustado tanto como otras porque, para mi gusto, tiene muchas descripciones innecesarias y, hasta cierto punto, descripciones que no hacen otra cosa que en rizar el rizo. Tampoco me ha gustado porque para que pasara algo reseñable de verdad hay que sobrepasar la centena de páginas, situación que me llevó a pensar en abandonar la lectura o de seguir hacia adelante.

Y hasta aquí mi opinión personal sobre "La biblioteca de fuego" de María Zaragoza y de la Editorial Planeta.

Este libro me lo regaló una persona de mi familia y me hizo especial ilusión, así que con aún más ilusión, lo he leído a pesar de que pensé "mucha historia, me va a aburrir", pero no, no ha sido así. Me ha sorprendido, me ha gustado muchísimo, hasta el punto de darme pena cuando la historia llegó a su fin.

❤️Es una oda a los libros, al amor por ellos, a lo que nos transmiten, a lo que consiguen...

🔖Además, da un paseo por la historia, que era lo que yo más temía, que al estar ambientado en los años treinta, me aburriese, pero no, al contrario, eso me ha atrapado aún más.

⏩En ocasiones, algúna parte/capítulo (que son algo largos) si se me ha hecho más densa, pero no aburrida.

✌️En resumen, una mezcla de libros + historia + intriga (no de la que yo suelo leer) que te atrapa.

👉Nunca antes había leído a la autora y su forma de escribir es muy relajante, no sé, elegante y cercana a la vez.

Cuando vi esta novela en el catálogo de Planeta, tuve claro que quería hacerme con ella. Me encantan las bibliotecas, y la metaliteratura, y esta novela aúna ambas cosas. La metaliteratura es una novela o escrito donde se habla de literatura, o sea literatura dentro de literatura, rizar el rizo, y en esta novela vamos a encontrar mucho.

 La portada me parece super bonita, y cuando leamos la novela la podremos situar. Además en tapa dura, me parece un tesoro de novela, que consta de 525 páginas. La verdad es que la han preparado de manera deliciosa.

La novela está situada en Madrid, en los años 30 del siglo pasado, momentos cruciales para nuestro país, y que pese a ser historiadora del arte no entraba dentro de las optativas que cogí, así que estaba un poco pez. Así pues, esta novela me ha ayudado un montón a entender todo el contexto de la época, y el momento histórico social que se vivió. Me encantan las novelas que además te aportan sabiduría y con las que aprendes. Después de un preámbulo que ya nos sorprende, vamos a conocer a Tina, única hija de una familia bien, cuyo sueño es entrar a la universidad y ser bibliotecaria. Todos sus hermanos han tenido todas las oportunidades del mundo, pero su lugar se supone que debía ser en la casa, como una mujer de la época y casada con su vecino y mejor amigo desde pequeños, Felipe, y con una buena prole de hijos a su cargo. Su madre, que no ha sido nunca especialmente cariñosa con ella, así lo ve. No así su tía Lolita, que siempre la ha apoyado y es como ella, pero para la familia de Tina, la tía Lolita, hermana de su madre, es una mujer rebelde, de esas que se echan a perder y casi no tienen relación, aunque tía y sobrina sí se escriben y se cuentan secretos. Finalmente, después de porfiar bastante, Tina consigue que su padre dé el visto bueno a su deseo y la manden a estudiar a Madrid, eso sí, a la pensión Comenares, cuya propietaria es su hermana, la tía Francisca. Así estará controlada y no podrá salirse de madre.

Cuando Tina llega a la capital, quien va a recogerla es Pablo, un chico que también vive en la pensión y estudia Medicina. al conocerse saltan chispas entre ellos, no se soportan porque él piensa que es la típica niña bien mimada y acostumbrada a tener criados, y ella le tiene algo de desprecio. Pero esas chispas puede que con el pasar de los años se transformen. Aunque ahí estará Felipe, que va a verla varias veces a la capital, para dejarle claro que él respeta su "juego del momento" de ser bibliotecaria, pero que con el tiempo, tendrá que sentar cabeza y ser una mujer de su casa para él. En muchos momentos de esta lectura te sientes rabiosa por muchas cosas, y una de ellas es por el papel que tenía asignado la mujer en el momento (hace 2 día prácticamente), no se respetaban sus deseos, y la que iba por libre, era una fresca. La tía Francisca es un personaje también muy peculiar, ya que habla y se comunica con los espíritus, que la avisan de muchas cosas, algunas, por desgracia, serán verdad. En la pensión también hay algún militar retirado y otros hombres mayores. Todos formarán una gran familia e iremos conociendo el día a día de todos a lo largo de la lectura. 

Tina conocerá al empezar la Universidad a Veva, una chica que se sale fuera de lo común, ya que también quiere ser bibliotecaria pero le van todos los saraos del mundo, fuma, viste con pantalones... Juntas, se unirán en una amistad inquebrantable, y ambas descubrirán de mano de Rayo de Luna, otro de nuestros personajes protagonistas, la Biblioteca Invisible, creada para salvar libros secretos y otros de dudosa reputación de la censura del momento, pues recordemos que se está fraguando la guerra que asoló España por aquellos años. Las dos chicas empiezan a introducirse en el mundillo de la cultura, en club feministas, como el Lyceum Club, como estudiantes en prácticas en las bibliotecas, y van haciéndose con un botín que van entregando a Rayo de Luna, para evitar que el Conde Duque, otro personaje que es un ávaro y traficante de los libros, un personaje oscuro y perturbador, que busca libros extraños y valiosos para venderlos al mejor postor, según él también le importa la cultura, pero para las grandes fortunas, no para todo el pueblo como intentan Tina y Veva. Me ha gustado muchísimo que el nombre en clave de las salvadoras de libros sea el título del primer libro que salven, en el caso de Tina es Metafísica. 

El tiempo va pasando, Tina recibe visitas periódicas de Felipe y cada vez ve menos claro su matrimonio casi concertado por las familias, a la vez que empieza a sentir cosas por Carlos, y va creciendo su amistad con Veva, descubriendo como es la vida real de su amiga, como vive y como sufre por circunstancias. van trasnochando en cabarets y conocen a gente de la noche, como Estrellita, otro personaje muy chulo, siempre bajo la protección de Rayo de Luna, y la vigilancia del Conde Duque, que intenta cualquier descuido para robarles libros. A la par, se irá fraguando un clima político que será el germen del grosso de la novela, cuando finalmente comience la guerra. Vamos a asistir a los inicios, primeras escaramuzas, y después llegará a Madrid, cuando las dos hayan aprobado las oposiciones y sean destinada, Tina se quedará en Madrid y Veva irá a Sevilla. Porque la guerra todo lo separa, y todos los separa, familia, amigos, hermanos, gente que antes se llevaban bien y ahora se encontrarán en ambos separados, los rojos o comunistas y la falange. 

He notado que la novela tiene picos. Me explico, hay unas partes que requieren una lectura más reposada y son más lentos, demasiados datos de la época, entender las posiciones y demás. Y luego otros más livianos, los momentos de conseguir y esconder libros, los encuentros con Conde Duque... No es un libro que vayáis a leer rapídisimo, pero la verdad es que la historia que encierra merece la pena y es muy bonita. Porque desde el momento en el que llega la guerra, la novela se convierte en una oda a y un homenaje a las personas que lucharon para salvar el patrimonio artístico y bibliográfico durante la Guerra Civil. La escritora se topó con una noticia de una quema de libros en la Universidad en el 39, y esto fue su inspiración y el germen que le llevo a escribir, uniendo estas dos ideas, la Biblioteca Invisible y el salvamento de estos héroes invisible y anónimos que, jugándose la vida, salvaron la cultura y la dejaron como herencia a los siguientes generaciones. Porque sin cultura, qué somos? Precisamente os dejo abajo el artículo al que se hace referencia, y que aparece en la novela, acto al que asiste Tina engañada, y se encuentra con esto.

Tras la guerra, y concretamente el año I de la victoria, la Falange Española y de las JONS, promovieron un ‘auto de fe' para ‘celebrar' la Fiesta del Libro, el 30 de abril de 1939. Tomó escenario en el patio central de la Universidad Central en Madrid, pronunciando el catedrático Antonio Luna las siguientes palabras: Para edificar a España una, grande y libre, condenamos al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los seudocientíficos, los cursis, los cobardes, los textos malos y los periódicos chabacanos. E incluimos en nuestro índice a Juan Jacobo Rousseau, Carlos Marx, Voltaire, Lamartine, Máximo Gorki, Remarque, Freud y al Heraldo de Madrid.

Es además una reivindicación del papel de las bibliotecas y sus trabajadores, que fue importante en ese momento y también en la acualidad, por desgracia las bibliotecas no pasan por su mejor momento, hay que volver a darles el valor que se merecen, que vuelvan a recuperar los recursos que necesitan y su labor de cara al público. La autora, amante de la biblioteca de su pueblo, hace así su pequeño homenaje en su novela.

Por las páginas de esta novela vamos a encontrar un desfile de personajes muy conocidos y reales, como Blanca Chacel, la archivera del Tesoro de Protección del Patrimonio Artístico relacionada con todo lo que se pudo salvar del Museo del Prado, ya que en esos momentos de incertidumbre, los alborotadores arrasan con todo lo que encuentran, tanto obras de arte, patrimonio artístico de la Iglesia, libros... Toda la cultura que les roeadaba y que estos protagonistas están convencidos de que puede ser la salvación de todos ellos. Y sorpres, también aparece el mismísimo García Lorca, y conoceremos mucha de su historia personal y de los inicios de su trabajo.

En definitiva, si queréis acercaros al Madrid de la década de los 30, lo que supuso la guerra y la posterior dictadura, como vivieron todo esta época sus gentes, y queréis imbuiros de las vidas de estas mujeres valientes que no dudaron en luchar por salvar la cultura de su país a la vez que esquivaban bombas, no podéis perderos La Biblioteca de Fuego. Todo ello regado con una prosa sencilla, y bonita, sosegada, con momentos de sentimientos por pérdidas y traiciones. Yo creo que María Zaragoza promete y mucho!
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"La biblioteca de fuego" tiene dos de los ingredientes que más me gustan en un libro: trata sobre libros y está ambientado en una época histórica de la que me gusta mucho leer y aprender.
Está escrito con mucha delicadeza y respeto, siendo, como dice su autora, un homenaje a todas aquellas personas que participaron en el rescate del fondo bibliográfico español durante la Guerra Civil española.
Es cierto que en algunos momentos se me ha hecho repetitivo en cuanto a las situaciones que vive Tina, personaje principal de la historia, pero en rasgos generales he disfrutado mucho de su lectura, en la que aparecen personajes como Federico García Lorca, María de Maeztu o Zenobia Camprubí.
Pasear por el Madrid de los años treinta, de la mano de una historia como esta, es siempre una grata experiencia.

Ambientado en los años anteriores a la guerra civil y en ella misma, con los libros como protagonistas, nos adentra en la vida de Tina protagonista absoluta del libro, que es la mejor manera de ser libre, y que rodeada de personajes que la acompañan de forma magistral, nos relata lo que sucedió en esos años en España los cambios traumáticos y el vivir sobreviviendo, tanto en Madrid cómo en el resto del país. Nos cuenta la guerra desde la salvación del patrimonio cultural y y la vida de los ciudadanos de a pie, el conflicto bélico, el hambre, los bandos, las persecuciones, el pensamiento, las ideas, el trato a las mujeres. Con un buen trabajo de documentación, buena prosa, aunque, a mí gusto le sobran páginas y algo más de ritmo, hay momentos en que se estanca y vuelve una y otra vez sobre lo mismo, salvo eso sería sin duda una autora a la que seguir porque la trama y la historia enganchan.