La biblioteca de fuego

A través de personajes comprometidos con sus ideales, pero también sumidos en una sociedad llena de contradicciones, la autora aborda en su relato la admirable y silenciosa labor de bibliotecarias y archiveras en tiempos difíciles, junto con grandes temas universales como la guerra, la supervivencia, la libertad, la lealtad y la muerte. La autora no duda en completar el universo al que pertenece Tina con personajes reales, añadiéndolos a la trama con naturalidad. Los lectores los sentirán cercanos y vivos. En el texto, la capacidad evocadora es constante. María Zaragoza logra trasladarnos a ese Madrid repleto de esperanza, efervescente y ajetreado, pero también masacrado por el conflicto, a la vez que nos suma a la lucha de Tina para preservar la cultura.
La autora retrata con precisión los difíciles años treinta en España, tanto los años previos y la proclamación de la Segunda República tras la monarquía de Alfonso XIII, como el estallido de la Guerra Civil y su final con la victoria del bando franquista. En ese contexto, la autora muestra los valores, las costumbres y la moral de la sociedad de entonces a través de los personajes, y también describe la atmósfera de los círculos culturales, sobre todo aquellos referentes al patrimonio bibliográfico español, y el papel que adoptaron los distintos organismos en la protección artística y la censura.

María Zaragoza, a la que no tenía el gusto de conocer pero a la que no perderé de vista, nos narra una historia de amistad, amor, compañerismo y por encima de todo amor por la literatura.

Basándose en la historia real de un montón de héroes anónimos de la guerra civil, nos pasea por un Madrid convulso desde la república hasta la posguerra, con libros bajo el brazo para salvarlos de la barbarie de la guerra y de la quema de libros durante el franquismo.

Con unos simpáticos y singulares personajes, Maria Zaragoza narra una época de nuestra historia a través de Tina, una mujer que ama la literatura por encima de todo que se involucra en el rescate del tesoro artístico y bibliográfico de la Biblioteca Nacional, entremezclando a personajes reales con ficticios.

Es una novela de ritmo pausado, en algunos tramos un poco densa que, pese a todo, me ha gustado mucho.

Cuando vi esta novela en el catálogo de Planeta, tuve claro que quería hacerme con ella. Me encantan las bibliotecas, y la metaliteratura, y esta novela aúna ambas cosas. La metaliteratura es una novela o escrito donde se habla de literatura, o sea literatura dentro de literatura, rizar el rizo, y en esta novela vamos a encontrar mucho.

 La portada me parece super bonita, y cuando leamos la novela la podremos situar. Además en tapa dura, me parece un tesoro de novela, que consta de 525 páginas. La verdad es que la han preparado de manera deliciosa.

La novela está situada en Madrid, en los años 30 del siglo pasado, momentos cruciales para nuestro país, y que pese a ser historiadora del arte no entraba dentro de las optativas que cogí, así que estaba un poco pez. Así pues, esta novela me ha ayudado un montón a entender todo el contexto de la época, y el momento histórico social que se vivió. Me encantan las novelas que además te aportan sabiduría y con las que aprendes. Después de un preámbulo que ya nos sorprende, vamos a conocer a Tina, única hija de una familia bien, cuyo sueño es entrar a la universidad y ser bibliotecaria. Todos sus hermanos han tenido todas las oportunidades del mundo, pero su lugar se supone que debía ser en la casa, como una mujer de la época y casada con su vecino y mejor amigo desde pequeños, Felipe, y con una buena prole de hijos a su cargo. Su madre, que no ha sido nunca especialmente cariñosa con ella, así lo ve. No así su tía Lolita, que siempre la ha apoyado y es como ella, pero para la familia de Tina, la tía Lolita, hermana de su madre, es una mujer rebelde, de esas que se echan a perder y casi no tienen relación, aunque tía y sobrina sí se escriben y se cuentan secretos. Finalmente, después de porfiar bastante, Tina consigue que su padre dé el visto bueno a su deseo y la manden a estudiar a Madrid, eso sí, a la pensión Comenares, cuya propietaria es su hermana, la tía Francisca. Así estará controlada y no podrá salirse de madre.

Cuando Tina llega a la capital, quien va a recogerla es Pablo, un chico que también vive en la pensión y estudia Medicina. al conocerse saltan chispas entre ellos, no se soportan porque él piensa que es la típica niña bien mimada y acostumbrada a tener criados, y ella le tiene algo de desprecio. Pero esas chispas puede que con el pasar de los años se transformen. Aunque ahí estará Felipe, que va a verla varias veces a la capital, para dejarle claro que él respeta su "juego del momento" de ser bibliotecaria, pero que con el tiempo, tendrá que sentar cabeza y ser una mujer de su casa para él. En muchos momentos de esta lectura te sientes rabiosa por muchas cosas, y una de ellas es por el papel que tenía asignado la mujer en el momento (hace 2 día prácticamente), no se respetaban sus deseos, y la que iba por libre, era una fresca. La tía Francisca es un personaje también muy peculiar, ya que habla y se comunica con los espíritus, que la avisan de muchas cosas, algunas, por desgracia, serán verdad. En la pensión también hay algún militar retirado y otros hombres mayores. Todos formarán una gran familia e iremos conociendo el día a día de todos a lo largo de la lectura. 

Tina conocerá al empezar la Universidad a Veva, una chica que se sale fuera de lo común, ya que también quiere ser bibliotecaria pero le van todos los saraos del mundo, fuma, viste con pantalones... Juntas, se unirán en una amistad inquebrantable, y ambas descubrirán de mano de Rayo de Luna, otro de nuestros personajes protagonistas, la Biblioteca Invisible, creada para salvar libros secretos y otros de dudosa reputación de la censura del momento, pues recordemos que se está fraguando la guerra que asoló España por aquellos años. Las dos chicas empiezan a introducirse en el mundillo de la cultura, en club feministas, como el Lyceum Club, como estudiantes en prácticas en las bibliotecas, y van haciéndose con un botín que van entregando a Rayo de Luna, para evitar que el Conde Duque, otro personaje que es un ávaro y traficante de los libros, un personaje oscuro y perturbador, que busca libros extraños y valiosos para venderlos al mejor postor, según él también le importa la cultura, pero para las grandes fortunas, no para todo el pueblo como intentan Tina y Veva. Me ha gustado muchísimo que el nombre en clave de las salvadoras de libros sea el título del primer libro que salven, en el caso de Tina es Metafísica. 

El tiempo va pasando, Tina recibe visitas periódicas de Felipe y cada vez ve menos claro su matrimonio casi concertado por las familias, a la vez que empieza a sentir cosas por Carlos, y va creciendo su amistad con Veva, descubriendo como es la vida real de su amiga, como vive y como sufre por circunstancias. van trasnochando en cabarets y conocen a gente de la noche, como Estrellita, otro personaje muy chulo, siempre bajo la protección de Rayo de Luna, y la vigilancia del Conde Duque, que intenta cualquier descuido para robarles libros. A la par, se irá fraguando un clima político que será el germen del grosso de la novela, cuando finalmente comience la guerra. Vamos a asistir a los inicios, primeras escaramuzas, y después llegará a Madrid, cuando las dos hayan aprobado las oposiciones y sean destinada, Tina se quedará en Madrid y Veva irá a Sevilla. Porque la guerra todo lo separa, y todos los separa, familia, amigos, hermanos, gente que antes se llevaban bien y ahora se encontrarán en ambos separados, los rojos o comunistas y la falange. 

He notado que la novela tiene picos. Me explico, hay unas partes que requieren una lectura más reposada y son más lentos, demasiados datos de la época, entender las posiciones y demás. Y luego otros más livianos, los momentos de conseguir y esconder libros, los encuentros con Conde Duque... No es un libro que vayáis a leer rapídisimo, pero la verdad es que la historia que encierra merece la pena y es muy bonita. Porque desde el momento en el que llega la guerra, la novela se convierte en una oda a y un homenaje a las personas que lucharon para salvar el patrimonio artístico y bibliográfico durante la Guerra Civil. La escritora se topó con una noticia de una quema de libros en la Universidad en el 39, y esto fue su inspiración y el germen que le llevo a escribir, uniendo estas dos ideas, la Biblioteca Invisible y el salvamento de estos héroes invisible y anónimos que, jugándose la vida, salvaron la cultura y la dejaron como herencia a los siguientes generaciones. Porque sin cultura, qué somos? Precisamente os dejo abajo el artículo al que se hace referencia, y que aparece en la novela, acto al que asiste Tina engañada, y se encuentra con esto.

Tras la guerra, y concretamente el año I de la victoria, la Falange Española y de las JONS, promovieron un ‘auto de fe' para ‘celebrar' la Fiesta del Libro, el 30 de abril de 1939. Tomó escenario en el patio central de la Universidad Central en Madrid, pronunciando el catedrático Antonio Luna las siguientes palabras: Para edificar a España una, grande y libre, condenamos al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los seudocientíficos, los cursis, los cobardes, los textos malos y los periódicos chabacanos. E incluimos en nuestro índice a Juan Jacobo Rousseau, Carlos Marx, Voltaire, Lamartine, Máximo Gorki, Remarque, Freud y al Heraldo de Madrid.

Es además una reivindicación del papel de las bibliotecas y sus trabajadores, que fue importante en ese momento y también en la acualidad, por desgracia las bibliotecas no pasan por su mejor momento, hay que volver a darles el valor que se merecen, que vuelvan a recuperar los recursos que necesitan y su labor de cara al público. La autora, amante de la biblioteca de su pueblo, hace así su pequeño homenaje en su novela.

Por las páginas de esta novela vamos a encontrar un desfile de personajes muy conocidos y reales, como Blanca Chacel, la archivera del Tesoro de Protección del Patrimonio Artístico relacionada con todo lo que se pudo salvar del Museo del Prado, ya que en esos momentos de incertidumbre, los alborotadores arrasan con todo lo que encuentran, tanto obras de arte, patrimonio artístico de la Iglesia, libros... Toda la cultura que les roeadaba y que estos protagonistas están convencidos de que puede ser la salvación de todos ellos. Y sorpres, también aparece el mismísimo García Lorca, y conoceremos mucha de su historia personal y de los inicios de su trabajo.

En definitiva, si queréis acercaros al Madrid de la década de los 30, lo que supuso la guerra y la posterior dictadura, como vivieron todo esta época sus gentes, y queréis imbuiros de las vidas de estas mujeres valientes que no dudaron en luchar por salvar la cultura de su país a la vez que esquivaban bombas, no podéis perderos La Biblioteca de Fuego. Todo ello regado con una prosa sencilla, y bonita, sosegada, con momentos de sentimientos por pérdidas y traiciones. Yo creo que María Zaragoza promete y mucho!
Enlace: https://losauguriosdelaluna...

Ambientado en el Madrid de los años 30 cuenta la historia de Tina, una joven de buena familia, que en contra de los deseos de su madre y de la norma en la sociedad de entonces decide ir a Madrid a estudiar en la universidad.

Allí conoce otro mundo ajeno a la vida que llevaba hasta entonces, y empieza a disfrutar de una libertad que hasta entonces no extrañaba, y de plantearse situaciones que hasta entonces le parecían normales.

Su amor por los libros, por la literatura, le lleva más tarde a opositar para la Biblioteca Nacional y a colaborar con una suerte de organización empeñada en salvar los libros de desaparecer ya sea destruidos por la censura como adquiridos ilegalmente por traficantes para el mercado extranjero.

A través de los ojos de Tina vemos el devenir de una España convulsa, los estertores de la monarquía de Alfonso XIII, la llegada de la república, el levantamiento y la guerra.

Gracias al buen trabajo de documentación en la ambientación del libro, podemos entrever la vida en Madrid en aquellos años. Dicho lo cual no puedo negar que la lectura se me ha hecho algo densa, incluso pesada, no conseguía concentrarme del todo en la historia. Tal vez no fuera el momento para leerlo, quien sabe

"La biblioteca de fuego" tiene dos de los ingredientes que más me gustan en un libro: trata sobre libros y está ambientado en una época histórica de la que me gusta mucho leer y aprender.
Está escrito con mucha delicadeza y respeto, siendo, como dice su autora, un homenaje a todas aquellas personas que participaron en el rescate del fondo bibliográfico español durante la Guerra Civil española.
Es cierto que en algunos momentos se me ha hecho repetitivo en cuanto a las situaciones que vive Tina, personaje principal de la historia, pero en rasgos generales he disfrutado mucho de su lectura, en la que aparecen personajes como Federico García Lorca, María de Maeztu o Zenobia Camprubí.
Pasear por el Madrid de los años treinta, de la mano de una historia como esta, es siempre una grata experiencia.

La biblioteca de Fuego es un libro con una presentación increíblemente atrayente para los amantes de la lectura histórica y además de los libros, por lo que podríamos identificarlo dentro de la Metaliteratura histórica.

La composición de la portada me parece muy interesante y lograda ya que nos sitúa en la época de los años 30 frente a la biblioteca nacional enmarcada en un libro que comienza a arder y custodiada por un título en una tipografía elegante y evocadora estilo Plaza Std, un excelente trabajo en tapa dura.

El libro viene avalado por el Premio Azorín de Novela 2022, y aunque no suelo dejarme llevar por este tipo de galardones, en esta ocasión me apetecía mucho descubrir que había detrás de la biblioteca de fuego.

Ambientada en los años 30, el libro abre con un Preámbulo donde a través de la narración en primera persona de su protagonista y mediante una prolepsis (flashforward) nos adelanta la visión que sus ojos no han podido olvidar.

En el inicio de los capítulos, Tina, la protagonista, comienza su narración mostrando sus anhelos por ser bibliotecaria, sueños que la llevan al Madrid animado de los años 30 donde conocerá un mundo totalmente diferente del que procede y donde por primera vez en su vida se sentirá libre y anónima. Además va a vivir en una pensión propiedad de su tía Francisca, una mujer con especial sensibilidad para el espiritismo algo especialmente en boga en ésta época en Madrid donde existían 2 centros espiritistas, la Sociedad de Estudios Psicológicos Centro Platón y la Sociedad Madrileña de Estudios Psíquicos "Hacia la Luz". El personaje de la Tía Francisca será básico en la novela para la protección en la sombra de Tina que alejada de sus padres y hermanos encontrará el autentico calor del hogar en su tía y en los "habituales" de la pensión, elenco de personajes que nos dan un detalle de la variación de ideales de la sociedad del momento.

Tina también establecerá amistad con Veva, personaje que representa la rebeldía que admirará Tina desde el primer momento que sus ojos se cruzaron. También está Estrellita, un personaje cliché que nos muestra que tras las cupleteras divertidas que entretenían el Madrid de la época también había corazón.
La evolución de Tina la aleja de Felipe, su amigo de infancia y futuro marido por acuerdo de sus padres, pero a veces las distancias aclaran los sentimientos, circunstancias que a Tina le ponen delante a otro personaje que la querrá como es, libre.

Este Madrid en el avance de los años se irá oscureciendo por las circunstancias políticas que derivan en la Guerra Civil y que en la novela nos presenta como lo pudieron vivir los ciudadanos que allí vivían y que independientemente de sus ideales, que la mayoría no los tenía o al menos no muy claros, tuvieron que sobrevivir o morir.
Otro personaje es la tía Lola, la cual es clave porque es quién habla por primera vez a Tina de la biblioteca invisible, hilo central de la novela e impulso a través del cual Tina llegará a ser Bibliotecaria implicada en salvar los libros que en la guerra se consideraron peligrosos.

La ambientación es fundamental en la novela, ya que logra transmitirte la época, el cómo algunas personas daban por hecho que todos podían aprender a leer o simplemente como ciertos sectores de la sociedad consideraban que para algunos niveles no era beneficioso porque no lo asimilarían o utilizarían. También como era de esperar en época de guerra, nos habla de pérdidas y como se afronta cada una, y más aquellas que no nos deja un cadaver ni un sitio en el que presentar nuestros respetos o desahogos.

CONCLUSIÓN:

La biblioteca invisible es un libro que habla de libros y que está narrado de una forma emotiva y cargado de frases dignas de mención en el que la autora ha desarrollado un gran trabajo de ambientación y en el que ha puesto mucho sentimiento.

Una historia emotiva que rescata la historia de los que son capaces de arriesgar sus vidas pensando en los que vienen.

El ritmo lento me ha costado un poco , algún giro más me habría gustado y habría acelerado el ritmo de la lectura. Un final bien desarrollado y cerrado que te deja buen regusto.


Unos personajes de ficción que se mezclan con algunos reales como "Lorca", y además con muchos libros que son inolvidables y que en muchas ocasiones nos dan lecciones en esta historia. Todo esto aderezado con cierto halo de ficción con forma de sombra alargada con ojo de cristal, que a modo de hombre del saco en esta ocasión se lleva libros.

Libros que me recordó: La sombra del viento (Carlos Ruíz Zafón) 2001. El lenguaje oculto de los libros. (Alfonso del Río) 2020.







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Novela de temática interesante. Nos ofrece otra visión de la guerra civil. La de aquellos bibliotecarios y archiveros que se dedicaron a salvar nuestro patrimonio. Novela que se lee rapido aunque personalmente creo que le sobran algunas páginas. Recomendable.

Hay novelas que se me meten entre ceja y ceja y hasta que no las leo no estoy tranquilo y cumplen con todas mis expectativas y, en cambio, hay otras que también se me meten entre ceja y ceja pero que, por lo que sea, no cumplen totalmente con mis expectativas previas. "La biblioteca de fuego" de María Zaragoza es una de estas novelas que hasta que no las leo no me tranquilizo que no consiguen alcanzar mis expectativas.

Tengo que decir que tiene un muy buen inicio con un ritmo en la narración, sin ser vertiginoso como en otras novelas, constante aunque, para mi gusto, decae muy pronto haciendo cuesta arriba la lectura de la novela. Vuelvo a repetir: esto que digo es opinión personal que puede estar de acuerdo o no con la vuestra.

La idea principal de la novela me gusta. Me gusta la defensa a ultranza que hace "La biblioteca de fuego" a la literatura, a la cultura y, en definitiva, a la palabra escrita. También me gusta en el sentido de que la novela también es un muy buen ejemplo a seguir a la hora de buscar sueños y de esforzarse por cumplir esos sueños sin tener miedo ni a nadie ni a nada. al mismo tiempo, la novela también me ha gustado porque es un grito a la esperanza en un mundo que se rompe, un grito a la libertad y a la igualdad a la que deberíamos alcanzar pero que no terminamos de ponernos manos a la obra.

Por contra, la novela no me ha gustado tanto como otras porque, para mi gusto, tiene muchas descripciones innecesarias y, hasta cierto punto, descripciones que no hacen otra cosa que en rizar el rizo. Tampoco me ha gustado porque para que pasara algo reseñable de verdad hay que sobrepasar la centena de páginas, situación que me llevó a pensar en abandonar la lectura o de seguir hacia adelante.

Y hasta aquí mi opinión personal sobre "La biblioteca de fuego" de María Zaragoza y de la Editorial Planeta.

No se me ocurre cómo puedo definir este libro sin emocionarme. Lo admito, me encanta saber más sobre la época en la que está dispuesto el libro y la autora ha sabido encajar los personajes con la historia que vivió España y en concreto, Madrid. Haces querer a los personajes, quieres saber más y te encariñas con ellos.

No creo ser muy original si os digo que, como lectora, tengo una cierta querencia hacia las novelas que hablan de libros, librerías, bibliotecas y cualquier otra cosa relacionada con la lectura y este fue el motivo por el que el Premio Azorín de Novela de este año llamó mi atención. Si a eso le sumamos que se desarrolla en uno de los momentos históricos que más me interesan estaba claro que no podía dejar pasar este título. Hoy os hablo de la biblioteca de fuego.
Corren los años treinta y Tina ha dejado su pueblo para ir a Madrid a estudiar en la Universidad mientras se aloja en la pensión que regenta su tía y que cuenta con un variopinto grupo de huéspedes. El primer día de clase Tina conoce a Veva, quien desde ese momento se convierte en su amiga inseparable. Junto a ella empezará a frecuentar ambientes que jamás imaginó y, sobre todo, entrará en contacto con la Biblioteca Invisible, una especie de sociedad secreta que en tiempos revueltos vela por los libros prohibidos. Poco imagina que pronto habrá muchos libros que salvar y es que las revueltas se suceden y la guerra no tarda en llegar.
La biblioteca de fuego es un auténtico canto de amor a la cultura y un rendido homenaje a todos aquellos que lucharon por salvar la nuestra en los aciagos tiempos de guerra, cuando la cultura también se convierte en un objetivo bélico y Tina lucha por proteger los libros tanto de las bombas como de los saqueadores, al tiempo que vive una historia de amor clandestina.
Ambientada en los primeros años treinta y en la guerra civil, María Zaragoza, con una prosa soberbia y evocadora, plagada de ricas descripciones, nos adentra en el ambiente cultural y político de la época. Gracias a la que sin duda ha sido una ardua labor de documentación la autora consigue que el lector se sienta un protagonista más de la historia y pasee por sus calles y viva la agitación social y política de aquellos convulsos años. Con un variado y rico elenco de personajes que el lector siente como personas reales, convierte también la ciudad de Madrid en un personaje más. No todos son ficticios y algunos personajes históricos, como Lorca, tienen su pequeño papel en esta novela, encajando sin fisuras con los nacidos de la imaginación de la autora.
Adentrarse en las páginas de este relato es adentrarse en una ciudad que vio truncada su libertad y su variada vida cultural por la sinrazón de la guerra, es convivir con personajes que, frente a todas las adversidades, permanecen fieles a sus ideales, y es, por encima de todo, luchar codo con codo con todas aquellas bibliotecarias y archiveras que llevaron a cabo la encomiable, silenciosa y poco reconocida labor de salvar el patrimonio bibliográfico español arriesgando en muchas ocasiones sus vidas.
Me ha gustado todo de la biblioteca de fuego: su fantástica ambientación, sus carismáticos e inolvidables personajes, el derroche de amor por la cultura que se respira en cada página y la magnífica prosa de su autora, todos ellos son motivos más que suficientes para que os animéis con esta novela, no os arrepentiréis de adentraros en unas páginas que se disfrutan con el ritmo pausado que imprime una lectura que se saborea párrafo a párrafo.



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