Boca abajo. Después apoyó las rodillas. Después, las manos. Los codos le temblaron, las muñecas amenazaron con doblarse bajo su propio peso. Egocéntrica, cabezota, sentimental, infantil, presumida. «Yo soy la humanidad». Cínica, ingenua, amable, cruel, suave como una pluma, dura como el acero al tungsteno. «Yo soy la humanidad». Se arrastró. «Yo soy la humanidad». Cayó. «Yo soy la humanidad». Se levantó. |