Días de fantasmas

A algunas personas les gusta decir que cuando morimos volvemos al hogar.

Siempre estamos vagando por el pasado o el futuro. El presente es un lugar inhóspito.

Si la muerte nos libera de la prisión del cuerpo, aunque solo sea por un segundo, antes de caer en el olvido, entonces se trata de algo más que de un hecho biológico. Puede que no sea un puente hacia otro lado, pero quizá si una bendición.

Tal vez las maldiciones sean eso: tiempo atrapado en el lugar equivocado

Los humanos sois tan desagradables que ni siquiera podéis moriros en paz.

No queda nada de nosotros cuando ya no estamos, al menos nada que signifique algo para quienes quedan atrás. El muerto se ha ido. Pero nosotros no perdemos la esperanza