¡Pon un dragón en tu vida y olvídate del coche!
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¡Pon un dragón en tu vida y olvídate del coche!
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Miedo era un compañero nefasto que le murmuraba al oído que esa noche iba a morir.
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¡Pon un dragón en tu vida y olvídate del coche!
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hacía siglos que nadie le llamaba: murciélago de mierda.
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Cierto, quizá no lo fuera pero… Joder, nunca se había sentido así de desarmado ante ninguna hembra. Si eso no significaba que Mirabella era especial, no tenía ni puta idea de a qué se debía semejante reacción. Y que le dieran por culo al destino si Mirabella no era para él. Esa mujer era puro fuego en el que estaba dispuesto a arder. |
Mierda, esto no lo cubre la garantía.
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—¡Joder, Jaidev, creo que me has roto una costilla! —Y tú has roto la televisión, ¡maldita sea, Salvier! ¡Era nueva! —se quejó Daven, acercándose hasta lo que quedaba del aparato. La serpiente la había tirado al suelo cuando impactó contra la pared. La pantalla estaba quebrada, ya no valía para nada. —¿Me ha roto una costilla y a ti solo te preocupa la puta televisión? —masculló Salvier, levantándose del suelo y palpándose el pecho con una mano. Sí, tocó un punto cercano a su corazón. Tenía una costilla rota o, al menos, fisurada. Joder, cómo dolía. |
«La época de celo es una puta mierda »
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?