Fidela

Cuesta poco imaginarse el revuelo para la fiesta anual en la finca de El Espinar: las sirvientas engalanando la casa y el jardín, los camareros preparados con sus bandejas, los invitados luciendo sus mejores galas y hasta la prensa local presente para la crónica. Una noche en la que todo tiene que salir a la perfección; una de las últimas grandes celebraciones al margen del cambio que empezaba a palparse en 1936.

Más de medio siglo después, El Espinar, testigo de tantos cambios, intenta recuperar su brillo perdido, pero en el transcurso de las obras de rehabilitación se produce un inusual hallazgo: un cadáver bajo la fuente del jardín. La noticia sorprende e inquieta a los vecinos más longevos porque “un muerto sin nombre es una cosa muy triste” y, a la vez, atrae a los medios de comunicación, entre ellos, a un periodista que pasó allí su infancia.

¿Quién podrá arrojar algo de luz sobre la identidad del cadáver? ¿Queda alguien que recuerde aquellos días dorados de El Espinar? La respuesta a esta pregunta tiene nombre de mujer: Fidela. Con más de noventa años, la que fue sirvienta y doncella en la finca desde niña parece ser la única que recuerda aquel “orden social” que se consideraba inamovible.

Así, @elviravalganon traza esta preciosidad de historia entre el pasado y el presente en torno a una sociedad y a un tiempo a punto de extinguirse. Como ya lo hizo Charles Ryder en la elegante mansión de lord Marchmain convertida en cuartel, este “Retorno a Brideshead” también devuelve a la memoria aquellos recuerdos de infancia del periodista que regresa a su pueblo familiar. Y es que la mansión de El Espinar es tan protagonista de la novela como los Uceña, el señorito Miguel y la señorita Vera, Damián, Remedios y Fidela.

“Fidela” (@pepitaseditorial) es la historia que os atrapará por la intriga y en la que os quedaréis por la ruptura de ese orden social impuesto, el deseo femenino de independencia y la necesidad de huir.
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