Fidela de Elvira Valgañón
Que ser señorita era una cosa bien distinta de no serlo no se lo tuvo que explicar doña Remedios a Fidela cuando entró a trabajar en la casa. Igual que no le tuvo que explicar nadie que no era lo mismo tener padre que no tenerlo y que, señoritos o no, tampoco era lo mismo nacer hija que nacer hijo.
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