Esté libro tiene todos los ingredientes que me gustan empezando porque es un homenaje a la semilla del diablo de Ian Levin, y de verdad consigue transmitirte esas sensaciones, y con ese amuleto tan creepy que lleva todo el mundo. Pero a la vez también nos recuerda a Cierra todas las puertas de Riley Sager, esa obsesión por el edificio con gárgolas incluidas. Si añades que el edificio Windermere está embrujado, la protagonista es escritora y el marido oculta algo, sale un cóctel bastante interesante. Aunque tal vez sean tantas referencias a libros que me encantan, lo que en comparación resulte en no acabar dándole más puntuación. |