Queridos niños

La política, me confesaste uno de los primeros días tras conocernos, es como la maternidad, si lo piensas no lo haces.

Como no tengo sueños no me doy de bruces con la realidad. Que funcione un semáforo ya me parece el colmo de los logros humanos.

La democracia solo tiene un punto débil. Depende de la gente.

Yo me esforcé para no estar en forma, fui un insumiso a la ropa de deporte y a la vulgaridad de un mundo a régimen. 119 kilos eran mi desafío al valor ese tan supremo y memo de la salud. Pero si a todos nos van a asesinar tarde o temprano sin importar demasiado la dieta que sigamos. Decir hasta mañana cada noche es un síntoma de autoconfianza excesivo.