Mirad, chavales, el día más feliz de mi vida fue cuando dejé de preocuparme por lo que pensaban los demás de mí, cuando dejé de sentirme coartado por la reacción de los otros y empecé a actuar con libertad. Cuando me dije: yo soy el que soy.
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Mirad, chavales, el día más feliz de mi vida fue cuando dejé de preocuparme por lo que pensaban los demás de mí, cuando dejé de sentirme coartado por la reacción de los otros y empecé a actuar con libertad. Cuando me dije: yo soy el que soy.
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Ese empeño de construir las campañas con gente de fuera de la casa se debe a que no se fían ni ellos de su cuadrilla propia, porque solo saben relacionarse a cuchilladas. Todos dentro de los partidos quieren escalar, es un microclima criminal.
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Nunca le tuve aprecio al dinero. La mayoría de los ricos que he conocido son esclavos de su avaricia. Para mí la riqueza es lo contrario, que el dinero pase a ser la menor de tus preocupaciones.
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Una carcajada entre dos personas es mucho más vinculante que un apretón de manos, que cualquier contrato.
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El mundo de los humanos ha dejado de ser humano... Quizá se ha abusado tanto de los buenos sentimientos que se han acabado, como pasó con el carbón.
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Aprendí que nadie es nada de lo que dice o piensa. Somos solo lo que hacemos, el fruto de la acción.
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Página 413 : En la política funcionan los condicionantes psicológicos, y cuando se dice de uno mismo que es humilde, se disfraza la soberbia, cuando se advierte de que vas a decir la verdad, se miente, y cuando se asegura que algo es lo que todo el mundo piensa, en realidad no lo piensa nadie pero se pretende inducir a que todo el mundo lo piense. La clave está en hacerlo sin que se perciba esa constante manipulación.
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En política la tranquilidad no existe. En eso se parece a la Fórmula 1. Conocí a un piloto que decía: si nadie está tratando de adelantarte, preocúpate. Quizá es que vas el último.
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Si el mundo fuera decente, iríamos a morirnos a un barranco y nos dejaríamos caer sin ceremonia.
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Pues claro que nos habíamos hecho malos, es en lo que consiste la campaña. Entra una doncella y sale una bruja. Y esa era la razón inconfesable por la que me habías ido a buscar para enrolarme y tenerme a tu costado.
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Como agua para chocolate