Las Reinas de Innis Lear

-Él no me teme, no, y tampoco yo a él. Pero Connley siente algo más posesivo por mí, algo que no lo alejará como el miedo, la lástima o la pena podrían alejar al tuyo.
-Seguramente no hablarás de amor -sentenció Gaela-. El amor no es fuerza.
-¿Ni siquiera entre nosotras?
-No es amor lo que nos junta,, somos una. ¡Estamos más allá del amor!

Algunas veces pensaba que los hombres habían creado las profecías estelares solo para beneficiarse a sí mismos.

Las setas crecen en la tierra húmeda, alimentadas por la luz de las estrellas en lugar de por el sol. Son a la vez, estrellas y raíces y nunca están solas. ¿Cuándo has visto una seta sola? ¡Nunca! Qué adorable cualidad para poseer, mi pequeña seta, nunca estar sola.

Pero la soledad de ese lugar, tan cerca del cielo como podía desear, era la mayor dicha de Elia. Allí solo estaban su espíritu y las estrellas en una conversación silenciosa y magnífica.

A Ban también le gustaban sus cicatrices, ya que eran prueba de sus experiencias y no le pertenecían a nadie más que a él.

¡Algunas cosas son mayores que solo un corazón, pero eso no significa que un corazón no pueda amar completamente!

Si hace tu mundo más pequeño, no es amor.

Estaba lista, si no para perdonar, al menos para entender. Y ese era siempre el primer paso.

Mi Dios es todo y no tiene otro nombre más que Dios. Dios es más que las estrellas, que los árboles y que los gusanos y es todas esas cosas también. Yo rezo, pero con acción y elección, y Dios lo sabe, sin importar a donde esté, porque Dios está en mí y en ti y en todo.

Ella es su propio sol, no es luna para el mío.