Érase una vez un muro, un muro rojo y grande. El muro estaba allí desde...desde siempre. Y todos los lugareños estaban tan acostumbrados a él que casi no lo percibían. Y se sentían protegidos por él. Érase una vez una ratoncita, una ratoncita pequeña y curiosa. E inconformista. Ella quería saber qué había al otro lado del muro. Le preguntó a la Gata, al Oso, al Zorro y al León, pero ninguno parecía tener interés (y quizás algo de costumbre y miedo). Un día un ave cruzó el muro y ratoncita vio una oportunidad de saber: solo tendría que volar sobre sus alas. Y voló. Y el mundo se llenó de color. No era tenebroso, como siempre le habían dicho. No era peligroso, como siempre le habían dicho. Y desde allí el muro se veía...distinto. Y Ratoncita volvió pero... ¿qué pensarían sus amigos ante tal descubrimiento? -------- Al más puro estilo Britta. Son varias ya las historias que he leído de esta autora y TODAS tienen algo que toca el corazón (iré reseñando poco a poco). Un texto sencillo con una gran profundidad y unas ilustraciones que acompañan perfectamente a la historia y que acompañan a la metáfora (genial el contraste entre el interior y el exterior del muro). Una historia que nos enseña que, solo cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, a nuestros muros, somos capaces de superarlos y descubrir algo mejor, aunque a veces cueste. Y todo ello independientemente de lo que opinen los demás. Porque muchos de esos muros los hemos construidos nosotros y nos impiden vivir en libertad. Porque muchos de esos muros ni siquiera existieron nunca. Ig: carmenmateo_psi + Leer más |