Tan elegantes, tan distinguidos. Es facil disfrazarse, pero no lo es tanto engañar. A mí no me engañan. La nobleza no es un traje, no es un buen coche ni una piel perfumada. Ni siquiera son unos buenos modales. Se puede tener buenos modales y ser mala persona, pero la educación y la nobleza..., eso es otra cosa. José, con su mula y su tartana, podría enseñar mucho sobre ambas a esta gente. Ellos, tan brillantes por fuera, son oscuros por dentro. Negros como mi wolframio. En esta casa estamos acostumbrados a la gente que brilla por dentro. Eso es la nobleza. Eso es la educación. Todo nace de la consideración a los demás, y estos señores carecen de ella.