Pesimismo mágico

De Borja Sumozas conocía su faceta como cómico, pero no su recorrido en las Bellas Artes y he decir que comparto que este libro haya sido la obra ganadora de la XV edición del Premio Internacional de Novela Gráfica FNAC-Salamandra Graphic 2022.

Y es que el autor nos introduce a través de Laura, su protagonista, en una mente desquiciada, atormentada ante la realidad. Una sociedad en decadencia, donde los poderosos aparecen en forma de holograma, donde los iguales no hacen nada por ayudar al resto, donde la sociedad se ha rendido y solo trata de subsistir. Una realidad donde muchos nos veremos reflejados.

Las ilustraciones son una maravilla, mostrando esa sensación de pesadilla en cada página. Esa sensación de angustia, de ansiedad, la misma que sufre la protagonista. Unas imágenes que irán mostrando una enfermedad como la depresión, tan tabú e incomprendida hasta hace poco, y a la que poco a poco vamos dando sentido.

Sin duda un libro crítico, con muchas lecturas, donde poder perderse en sus ilustraciones y en sus mensajes. Rápido de leer, pero con mucho contenido. Y un resumen muy veraz de la sociedad que, al menos a mi generación nos ha tocado vivir. Yo la resumo en “sálvese quien pueda”. Y esto lo sé por experiencia propia, de querer acabar con ciertas injusticias y acabar luchando solo. En resumen, os lo recomiendo mucho.

Frases destacadas. (aunque lo realmente destacado son las imágenes; os dejo en la segunda foto un ejemplo)

“La realidad es muy mentirosa, pero los rostros no mienten”

“Yo creo que Hopper pintaba tan bien la soledad porque no tenía gato”

Pesimismo mágico es un recorrido por los demonios de nuestra cabeza, pero también por el mundo que estamos construyendo, un mundo delirante en el que los pensamientos reprimidos se guardan en una caja de Pandora que amenaza con abrirse algún día, los jefes son tan impersonales que se manifiestan en forma de holograma y el medio ambiente se torna cada día más agresivo y tecnológico.

Borja Sumozas nos sumerge en este universo tan irreal como cercano mediante una ilustración agresiva, irritante, que transmite a la perfección la ansiedad y depresión que siente nuestra protagonista. A través de sus páginas acompañamos a Laura en su rutina desquiciante, un día a día que se parece sospechosamente al de muchos jóvenes de nuestro país que se encuentran inmersos en un trabajo que no les satisface, rodeados de personas que parecen autómatas e intentan abrirse poco a poco un lugar en el mundo, aunque cada vez la desmotivación y la desilusión vayan ganando más fuerza y ocupando un mayor espacio.

La vida de Laura es, por tanto, tan agobiante como realista, eliminando los elementos fantasiosos que podemos encontrar y que contribuyen a enfatizar la crítica subyacente. Es una lectura rápida, que no ligera, y reflexiva, con la que puedes reírte pero también sentirte más comprendido de lo esperado.

Ha llegado a mis manos una obra gráfica de la que puedo decir sin lugar a dudas, y gracias también a la originalidad de su contenido, que es muy impactante.
“Pesimismo mágico” es un torbellino, una amalgama de pesadillas, sueños, realidades y vida, edificados bajo una alegoría onírica de las enfermedades mentales donde las personas son cosas, las cosas son personas, los seres imaginarios son reales y las imaginaciones son realidades inventadas que no paran de confundirse entre ellas.
Me ha sorprendido la genial idea de David de abordar la enfermedad mental y todo el halo de ocultismo que la rodea mediante una historia gráfica basada en los sueños. El símil es una cierto pleno y nos ayuda no solo a comprender comparativamente el terror por el que transita el cerebro de una persona con problemas mentales, sino a cerciorarnos de que no solo está más cerca de nosotros de lo que pensamos, sino que posiblemente podemos ser una víctima potencial en el futuro.
El autor nos comienza adentrando en la trama mental de la protagonista, donde se confunden hechos con sueños, personajes inverosímiles con situaciones reales y acontecimientos habituales con sucesos inexplicables. La clave es que iremos descubriendo como, poco a poco, lo que parecía un cúmulo de pesadillas va desapareciendo para dejar ver la realidad, aquello que las provocaba y que era sumamente auténtico.
Esta obra hay que degustarla con la mente abierta, sin prejuicios, siendo honestos y pensando que lo allí descrito, aunque parezcan historias sacadas de un cuadro surrealista, son tan reales como nuestro día a día. Una lectura maravillosa.