Sadie

Nunca supe lidiar con la amabilidad o la consideración de la gente, a menos que querer arrancarse la piel del cuerpo sea la reacción correcta.

La belleza de la niñez no es necesariamente saber sobre los costos de vida, la comida solo aparece en el refrigerador, tienes un techo sobre tu cabeza porque todo el mundo tiene uno y la electricidad debe ser algún tipo de brujería, tal como en Harry Potter o algo parecido, porque ¿quién podría ponerle un precio a la electricidad? Tal vez no es que creas en la magia, pero es que nunca tienes que pensar en nada de ello. Luego un día descubres que has estado caminando por el filo de la navaja todo el tiempo.

Claro -me dice la voz más suave de todas y algo en ello me rompe. No sé si se trata de alivio por saber que la amabilidad existe, o si es la culpa por saber que la amabilidad existe en un mundo que no la merece.

Para algunos, el futuro por delante significa oportunidades. Para otros, es solo un momento que aún no hemos conocido, y en donde vivo, solo se trataba de la segunda. No gastas tu aliento intentando protegerlo. Simplemente intentas sobrevivir a él hasta que un día ya no lo haces.

Cada vez que Matie reía, era como estar en un avión durante la noche, mirando hacia abajo a alguna ciudad a la que nunca habías visitado viéndolo todo iluminado. Bueno, al menos eso imaginaba yo. Jamás había estado en un avión.