Ha pasado por mis manos sin pena ni gloria: no pasa el corte. Y no digo que la ternura, el humor o la crítica social de una época no tengan su puntito, pero igual que no digo esto, sí digo que ese puntito es en este caso pequeñito y que es incapaz de tapar otros defectos entre los que no es el menor ese final tan deslavazado, tan avercomodemoniosmequitoestanoveladeencima que seguramente atormentó al autor.
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