El Murmullo de Las Abejas

Ella fingía fortaleza, como lo haría durante mucho tiempo, y fingiendo terminaría por creerlo, y creyéndolo, por hacerlo realidad.

Ya no le cedería ni un pedazo de su vida ni de su voluntad a nadie……Tomaría sus decisiones con voluntad y con voluntad erradicaría el miedo…..Nunca se quedaría a la deriva, a merced de las decisiones de otros. Jamás se permitiría estancarse.

El verdadero significado de la muerte: que no hay marcha atrás y que lo que no se dijo a tiempo, jamás se dirá

El mundo era de los vivos y a veces los vivos debían tomar decisiones con información nueva

La vida no espera a nadie, y la muerte nos lleva a todos

Disfruté muchísimo todo el paquete de lo que hoy, en retrospectiva, puedo ver que es mi vida: lo mucho de bueno y lo no tan malo- vejez incluida, porque no la habría si no hubiera existido juventud-. Soy lo que soy por lo vivido.

¿Cuántas veces había que aprender la misma lección? ¿Cuan tas veces había que olvidar y volver a aprender que la vida da vueltas en todas direcciones? ¿Que no hay un límite de veces en que se puede enviar a una persona hasta el fondo, porque la vida no conoce el dicho aquel de "la tercera es la vencida?

...y me recordaba lo importante que era escuchar: escuchar lo que la vida a veces susurra al oído, al corazón o a la tripa.

Ya no le cedería ni un pedazo de su vida ni de su voluntad a nadie.

Yo no tengo fuerza. No tengo fuerza para buscarte. No tengo fuerza para perderte.