Tal vez nos viéramos poco pero ese poco nos veíamos mucho.
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Tal vez nos viéramos poco pero ese poco nos veíamos mucho.
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Ya el águila real voló Y se incomodó el jilguero. Se ha de llegar la ocasión en que el burro mande al arriero. |
Se acomodaba y reacomodaba la mortaja en que lo había envuelto su madre mientras le daba su última bendición y le decía ve con Dios, m'ijo, que ahí nos vemos luego. Suponía que cuando la propia madre lo daba a uno por muerto, uno mismo también debía asumirlo, qué remedio quedaba.
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Jamás se debe contradecir ningún acto de amor.
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El tiempo es un amo cruel y caprichoso, pues cuanto más lo deseas, más rápido se esfuma y viceversa: cuanto más quisieras escabullirte de él, más inmóvil parece.
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Nadie sabía decir en qué había sido mejor Mercedes Garza. En fin, todos sabían que santa, lo que se dice santa, no era, y ángel menos, aunque ese día la muerta, por muerta, se le perdonaba cualquier transgresión.
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Las casas mueren cuando se dejan de alimentarse de la energía de sus dueños
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-La Vida no da garantías. A nadie. No espera a nadie. No tiene consideraciones con nadie.
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Que escuchen con los ojos, que vean con la piel y que sientan con los oídos, porque la vida nos habla a todos y sólo debemos saber y querer escucharla,verla,sentirla.
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La vida no espera a nadie y la muerte nos lleva a todos
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Como agua para chocolate