-He cambiado de idea -añadió Max -. Te reto a que plasmes en tu plato lo que estabas pensando. Atrévete a mostrarme lo que sientes cuando me miras. Yo haré lo mismo.
|
-He cambiado de idea -añadió Max -. Te reto a que plasmes en tu plato lo que estabas pensando. Atrévete a mostrarme lo que sientes cuando me miras. Yo haré lo mismo.
|
-Al revés, Pablito, los de tu generación lo estáis haciendo todo al revés. Yo no sé cómo decirlo. Si te esperas a tener la carrera, el máster, las prácticas y la madre que te trajo..., te vas a plantar con cuarenta años, agotado y son energías para correr mundo. Luego te entrarán las prisas por casarte y tener hijos, la ansiedad porque el tiempo vuela, y con cuarenta y cinco años te veo atiborrándote de pastillas y visitando al cardiólogo. -Elsa sacudió la cabeza-. Las cosas son mucho más sencillas.
|
Nina tragó saliva. Estaba emocionada, contenta, orgullosa... y excitada, como cada vez que tenía a ese hombre a menos de cinco metros de distancia. -Gracias, chef |
Moby Dick, Herman Melville