La búsqueda de la tribu. Trilogía de los Portalibros

Hay libros que a primera vista ya te dan una muy buena sensación y me alegra muchísimo no haberme equivocado con lo que ha resultado ser una historia verdaderamente entrañable a cargo de David Sequeira Medina. “La búsqueda de la tribu” es la primera novela de la Trilogía de los Portalibros y se trata de una obra breve (139 páginas) que, sin embargo, está bien desarrollada y no resulta atropellada en ningún momento. Es un libro de fantasía que, aunque en un principio pudiera parecer destinado al público infantil, en realidad tiene unos matices de oscuridad que verdaderamente sorprenden en su desarrollo. La historia no es en absoluto descriptiva y toma ritmo enseguida, debido a que quedan intrigas por resolver en próximas publicaciones, no me ha parecido en absoluto introductoria y cuenta con muchísima acción y aventuras desde las primeras páginas.

David es un niño que vive entre la ausencia de atención por parte de su padre en casa, y el acoso escolar al que le someten los matones de su curso. Un día el colegio organiza una excursión a la feria y, de una sorpresiva manera se verá conducido a todo un mundo de fantasía en el que los animales pueden hablar, caminar y vestir como los humanos. Viéndose convertido en Portalibros, tendrá que averiguar las consecuencias de este hecho, así como las razones por las que no aparece ningún animal en su escudo. En su andadura contará con la ayuda de la Tribu del Conejo y además tendrá que lidiar con un oscuro misterio que va tras sus pasos.

Me encanta el hecho de que los propios libros tengan su protagonismo en esta historia y creo que es muy acertada esta manera de homenajear a la propia literatura de fantasía. Por otro lado, el mundo que construye el autor parece tener esa estética infantil con esos animales parlantes que difícilmente no nos enternecen ya solo con sus propias descripciones. Sin embargo, también tienen historias profundas detrás y poco a poco se nos irá desvelando toda una trama de perseverancia, superación, autorredención y amistad. El libro cuenta con fragmentos de violencia que, aunque no sean especialmente cruentos, le confieren unos tintes más adultos, ofreciéndonos incluso más de un giro inesperado.

En conclusión, me ha resultado una novela verdaderamente fresca y muy bien narrada, su argumento enseguida consiguió engancharme y no pude evitar devorarla en unas horas. Además, cuenta con un trasfondo de humor muy bien recibido y, aunque todavía no hemos conocido a un gran número de personajes, todos ellos tienen una personalidad muy bien definida (haciendo fácil su identificación incluso dentro de la misma especie animal). Reconozco que tengo muchas ganas de conocer cómo continúa la historia de David y de sus nuevos amigos, especialmente después de un final que deja tan buen sabor de boca. Tengo muchísimas ganas de conocer nuevas tribus y asomarme un poco más al entrañable y mágico mundo que ya se dibuja en esta primera novela de los Portalibros.