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ISBN : 8418783362
201 páginas
Editorial: Distrito 93 (30/11/-1)

Calificación promedio : 4.11/5 (sobre 9 calificaciones)
Resumen:
Un recepcionista de noche esquizofrénico nos cuenta su azarosa vida. A lo largo de ocho horas de soledad, nos irá relatando hechos increíbles que sin embargo ocurrieron para su desgracia. El anónimo protagonista aprovecha el encargo que le ha hecho un amigo escritor para diseccionarse. Intentará, a través de unas reflexiones estructuradas, recomponer una personalidad que cayó en los abismos.«De una niñez solitaria a una juventud traumatizante. De la enfermiza intro... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (9) Ver más Añadir una crítica
Beatriz_Villarino
 21 May 2022
Llevo un par de días dándole vueltas al asunto y no termino de aclararme; cuando leo un libro no considero importante clasificarlo en un género, de hecho los corsés en los que metíamos novela, teatro, poesía… están empezando a ceder, pero me gusta hablar de novela, ensayo, teatro o lo que sea al referirme a un libro, y no con el genérico. Debo ser una antigua.

El caso es que en una novela se asume que el autor no se identifica con el narrador o personaje, pero en la lucha mantenida entre ficción–realidad de la postura imperfecta podemos intuir un cruce de identidades en una novela cuyo protagonista, el portero innominado de los apartamentos Torre Mediterráneo, cuenta por encargo de un amigo, durante las ocho horas que dura el turno de noche, su vida. Las breves interrupciones de otros personajes, inquilinos de los apartamentos casi siempre, sirven para diferenciar claramente el presente del pasado narrado.

Otras veces simplemente tenemos la sensación de estar ante una autobiografía.

Y, en ocasiones, estamos seguros de leer las confesiones del conserje protagonista, no solo porque él así lo afirme, «Y si no eres capaz de llevar tus ideas a la práctica, de qué te sirven entonces. Triste, ¿no es cierto? Una vida patética la mía. Me pregunto si alguien podrá sacar partido de estas confesiones», sino porque a lo largo del libro además de manifestar sus ideas, reconoce sus errores y los justifica; pierde su dignidad cuando abusa de las drogas y frecuenta malas compañías, y la recupera rectificando la conducta al confesar ante todos sus equivocaciones.

Me atrevería a decir que La postura imperfecta es una especie de metalepsis en la que se han puesto en contacto diferentes niveles del texto. P. L. Salvador abre una relación, de forma imposible, con su personaje ficticio y este se dirige, también de manera imposible, a un lector real «¿Que sea un poco más descriptivo? Pues el mencionado fármaco no solo me convertía en un auténtico chiflado sino que…». Surge, entonces, un mundo imposible que puede ser real, cuando el protagonista se persona como tal, o ficticio si el autor se presenta como personaje

—Sí, ¿quién es?
—Salvador
—Ah, ¿ocurre algo?
—No, nada excepcional […] Y tú, ¿qué tal vas?
—Llevo toda la noche escribiendo […] Mañana podré darte mis memorias

Hay un pacto novelesco autobiográfico porque el protagonista no tiene nombre. Solo aparece el nombre del autor, que luego será quien reescriba lo que le envía, aunque en realidad no lo reescribe, las memorias nos llegan tal cual, con lo que Salvador queda como autor–protagonista «afirmo aquí y ahora, justo al final de estas páginas, que he tenido excelentes padres […] Aunque no significa esto que lo contado anteriormente sea incierto».

Salvador pretende con sus reflexiones un acto de justicia, por eso toma como protagonista no a un ganador sino todo lo contrario, a un ser privado de privilegios, de beneficios sociales, alguien decepcionado consigo mismo que aparece ante nosotros defendiendo sus actos a través del recuerdo afectivo. Todo su pasado es revivido durante una noche por lo que, al contarlo, queda como presente. Es la propia actualidad.

En la escritura del esquizofrénico observamos un síntoma de resistencia al vindicar la voz de aquellos considerados «fuera de la norma»; asistimos a la concienciación de un cambio de rol y los vemos capaces de tomar sus propias decisiones. El proceso de escritura del protagonista es un proceso de autoafirmación frente a la posibilidad de no ser del enfermo mental.

Los lectores asistimos a la creación del texto, dándose coincidencias entre los hechos que se narran y el momento en que se nombran; entonces el protagonista deja sus recuerdos y conecta con la sociedad; un saludo recibido basta para que nos enteremos de algún dato fundamental de la personalidad de ese personaje, no en vano, nuestro escritor estudió criminalística.

En esos momentos la acción se convierte en un diálogo escritor–lector «Allí me hallaba escribiendo hasta que un energúmeno me ha llamado batiendo palmas», algo que confiere autenticidad, reforzada porque esta pausa en su escritura sirve para que reflexione también sobre el hecho autobiográfico «creo que antes me he extralimitado con mi pobre padre». Vamos descubriendo una identidad narrativa en la que el autoconocimiento surge a través de lo narrado.

A pesar de que el protagonista esquizoafectivo no tiene nombre, sí nombra a todos aquellos con los que trata, incluido Salvador; de esta manera adopta la persona de cualquiera pues, aunque al principio le cueste trabajo, al final empatiza con todos. Mediante su discurso interior, el conserje expresa la verdad que lo afirma como persona. Nos ofrece unas confesiones que tienen lugar en un campo de batalla donde se enfrentan lo ficticio y lo verdadero, lo ideal y lo real, la autobiografía y la autoficción. Pero todo puede valer si estamos ante una antificción, en la que la biografía contenga elementos ficticios y el protagonista escriba, con cierto humor y mucha ironía, una ficción sin pervertir la pretensión de veracidad «Bien, hasta aquí hemos llegado […] Una historia, la mía, que supera con creces a muchas obras de ficción […] no resultará extraño que prefiera quedar en el anonimato».

Salvador le encarga una autobiografía y él nos regala su autoficción en la que juega con su identidad, nos la desvela fragmentada entre un pasado esquizofrénico, inadaptado, y un presente desdoblado entre repartidor de publicidad por la mañana, recepcionista de noche, adaptado e imposible. En realidad las memorias no son sino la esencia de nuestra época; su autor ha trazado formas de vida que le son incomprensibles. El extrañamiento al sentirse fuera de la comunidad, de lo cotidiano, lo lleva a investigar continuamente en teorías filosóficas, todas de cierto renombre y asimismo contradictorias. Por eso, el escritor, con bastante humor alude a filósofos reales, a obras reales, para quedarse con lo bueno de cada uno y exponer su propia filosofía de la vida «tener valores distintos no equivale a enfermedad mental. Y yo añadiría, tener creencias distintas» «he de elegir el mal menor como alternativa» «un egoísmo constructivo vale más que una generosidad destructiva» «liberarse de la creencia de que no hay libertad es, en realidad, ser libre». El escritor conserje repartidor nos aconseja disfrutar de lo que hacemos y tenemos. Creo que estas confesiones del protagonista son las reflexiones del autor, quien conecta con los portadores de enfermedades mentales para intentar erradicar las conductas estigmatizantes que la sociedad ha fomentado, consiguiendo que los afectados propendan al aislamiento social, tengan dificultades para pedir y encontrar ayuda, sientan vergüenza de sí mismos e incrementen sus recaídas.

Salvador muestra, a través de su esquizoafectivo, el vacío de algunas teorías importantes y reivindica la memoria como identidad de la persona individual y social «buceo en mi cenagoso ayer para mostrárselo a la sociedad […] olvido mis fatigas».

La postura imperfecta es la perfecta imperfección del ser humano. Podría tratarse como una novela del yo; es una autoficción porque el autor habla por boca de su personaje, reflexiona sobre las circunstancias en las que nos desenvolvemos en la sociedad y contradicen al hombre entre sus actos y sus palabras. La identidad del escritor queda al descubierto desde el punto de vista del inmigrante, del enfermo, del acosado… desde el otro lado, para cuestionar la educación, la amistad, la familia, el éxito, la envidia, el trabajo, el bien o el mal, la medicina, la religión, la culpa… «todos estamos cargados de frustraciones, complejos, traumas, miedos, envidias y ambiciones estúpidas».

La postura imperfecta es metaliteratura. El narrador personaje escribe una historia que luego nos la presentará el autor de forma introspectiva para que los lectores nos veamos reflejados en esa imperfección, que no es sino la perfección que de nosotros requiere la sociedad «leo libros de filosofía moral, de autoayuda y de ciencia buscando un espejo donde reflejarme. Lo que persigo, en fin, es una personalidad, una imagen». ¿Qué somos en realidad?

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oscarseron
 21 May 2022
P. L. Salvador nos muestra en La postura imperfecta los pensamientos de una persona esquizoide en esta especie de biografía narrada por el protagonista.
Desde el mismo comienzo de la obra, entramos a un mundo donde viajaremos, o mejor dicho nos sumergiremos en unas reflexiones sobre la Vida, la Sociedad, la Religión, etc., cargadas de una profunda intensidad filosófica. No es baladí, sin embargo, que el narrador protagonista a lo largo de toda la novela va intercalando sus vivencias pasadas, las cuales está escribiendo a sugerencia de su amigo escritor Salvador, quien como Hitchcock o Amenábar tiene un papelillo en el desarrollo de la novela, aunque en su caso se convierte en preponderante aun cuando solo aparece un par de veces, ya que está en boca del anónimo protagonista continuamente, con su búsqueda de la Perfección espiritual basada en el budismo y su filosofía moral.
Además, es un aviso y una crítica de esta Sociedad la cual margina, de modo sibilino, a cualquier individuo con alguna tara mental, ya sea leve o grave, cuando todos poseemos algún tipo de problema psicológico en mayor o menor medida. A este respecto, hace un retrato bastante acertado, a mi entender, del día a día del enfermo mental y su lucha contra su mal invisible, el cual le puede incapacitar en cualquier momento y lugar sin previo aviso.
Dentro de estas disquisiciones del protagonista, deja patente la inadecuada naturaleza y comportamiento de los profesionales de los centros psiquiátricos, donde en el mejor de los casos el interno es tratado como un recluso de una prisión, en este caso para mentes enfermas.
Dentro de la crítica social que contiene sus páginas, nos proporciona diferentes motivos por los que la consideración de las personas con algún tipo de trastorno de la psique no están comúnmente bien vistas, la mayoría de ellos basados en culturas donde tienen gran arraigo las ideas filo-religiosas. Asimismo, indica que hemos perdido la capacidad de empatizar de forma veraz tanto con los demás como con nosotros mismos, ya que únicamente estamos interesados en medrar social y económicamente, sin alimentar ni nuestro espíritu crítico ni nuestro deseo de conocimientos. Por ello, y de manera general, plantea que dependiendo de la cultura y forma de vida, la dicotomía existente en la Naturaleza humana, es decir la visión del Bien y el Mal, varía.
Con todo ello, Salvador nos hace reflexionar de forma profunda sobre la deriva que va cogiendo la Sociedad occidental y las grandes diferencias que tiene con la oriental.
Con esta nueva obra, y sin dejar de lado sus sutiles recomendaciones literarias, P. L. Salvador me vuelve a sorprender gracias a su manera de presentar esta crítica hacía todo lo relacionado con la Salud Mental, haciendo que el narrador sea el protagonista autobiográfico de la misma. Consiguiendo que reflexione seriamente sobre esta pandemia silenciosa que merece toda la atención de la Sociedad.
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carlotenia
 16 June 2022
¿Cómo puedo empezar a hablaros de esta novela? Primeramente diciendo que ha sido la obra ganadora del III Martín Fierro, galardón que otorga la editorial Distrito 93, que, cosas de la vida, me he enterado que es de mi Córdoba, qué feliz casualidad! Pero posiblemente al autor le importen también lo que pensamos los lectores de su novela, porque me consta que somos los que le damos esa vida literaria que a él le llena. En la Postura Imperfecta conoceremos a un protagonista anónimo, no sabremos el nombre pero ni nos importa, lo que necesitamos saber es todo lo que tiene que contarnos, sus vivencias, pensamientos, ideas, contradicciones, mucho es lo que nos ofrecerá de su puño y letra a lo largo de una noche entera de insomnio obligado, porque trabaja de recepcionista nocturno en unos apartamentos en Calpe, Valencia (cuna del autor).

¿Y cómo se produce que este hombretón de 40 años, que se nos declara abiertamente esquizofrénico (concretamente atrofia cerebral y un trastorno esquizoafectivo bipolar, que no es moco de pavo), quiera desnudar su alma y contarnos toda su vida? Pues por un encargo de un amigo escritor, que no es otro que el mismo autor, PL Salvador, que no es la primera vez que aparece como secundario en una de sus novelas. Este escritor después de conocerlo le ha pedido que cuente toda su vida para después publicarla, y él decide hacerlo en una de sus noches de trabajo, en la que puede dedicar 8 horas a volcar todas sus vivencias, traumas, errores y victorias para que caigan en nuestras manos.

La estructura de la novela me ha parecido super original. PL Salvador ha sabido aprovechar genial los tiempos, e introducir cada capítulo en una hora de las que el trabajador hace su guardia nocturna en el trabajo, así el capítulo 0 serían las 00.00, que es cuando empieza su jornada laboral, y seguimos hasta el capítulo 7, que correspondería a las 7.00 de la mañana. Cada capítulo tarda en escribirlo una hora de la noche, y en cada capítulo se nos traza más o menos un periodo de su vida: infancia, niñez, adolescencia... Cada capítulo consta de unas 30 páginas, conformando una novela con una extensión no muy larga, de unas 200 páginas, pero con muchísima enjundia, tal es la pericia del autor para poder condensar tanto en tan poco.

Así pues, vamos a poder escrutar la vida de este improvisado escritor, que nos va contando de todo en las largas 8 horas que pasa escribiendo para nosotros. Desde su visión de la política, mucha de su filosofía de vida, constantemente cambiante según sus circunstancias (y también dependiendo de los vaivenes de su enfermedad), su análisis de la sociedad, a veces pesimista, otras más positivo, su cruzada por distintos médicos y psiquiátricos por problemas de salud tanto física como mental. No se olvida de darnos su opinión acerca de la religión, de si es mejor el individualismo o lo colectivo, si hay que buscar el enriquecimientos material (de algo hay que comer) o el espiritual... También nos habla de su familia, contando sus pros y sus contras, nunca criticándolos ni juzgándolos pero si reconociendo que queriendo o sin querer han influído en su vía crucis. Todo ello salpicado de anécdotas, alguna interrumpción de los alquilados de los apartamentos (que algunos son para echarles de comer aparte), la mención de algún encuentro con amigos o conocidos y los diálogos que han surgido de esos encuentros por azar... La verdad es que esto hace que la lectura sea fluída, que no sea un monólogo de política ni de filosofía pesado y soporífero, porque lo mismo te está hablando de que hace meditación para poder llegar al nirvana y de los libros que sigue para eso, y de repente te cuenta como se encuentra con unos amigos de color, cuando él hace un capítulo nos ha dicho que se declara nazi y racista. Así es de inconciliable nuestro protagonista, renegando con sus hechos lo que sus pensamientos le dictan.

Pero no nos engañemos. No es un libro cuya lectura sea coser y cantar. Porque es una lectura reposada, que nos obligará a detenernos para ir analizando lo que leemos, las citas que nos vamos encontrando, iremos pensando si nos vemos reflejados en lo que nos cuenta, si realmente nosotros también tenemos un poco de ese mal que anida en su mente, porque ya os digo que en algunas cosas vamos a coincidir con él seguro. Aconsejo al lector que tenga posits al lado para ir señalando lo que más le interese y releerlo, os aseguro que este libro agradece un montón de relecturas nuevas porque llegaréis a conclusiones que antes habéis pasado por alto y detalles que sea han quedado escondidos en la primera lectura y os volverán a sorprender.

No penséis que es una lectura pesimista, donde reina el drama. Nuestro protagonista es optimista y así lo transmite en sus notas. Pese a su enfermedad y contra todo pronóstico, ha conseguido muchas metas que mucha gente no es capaz de abarcar: tiene una carrera universitaria, ha conseguido el trabajo nocturno, incluso está pluriempleado porque algunas mañanas reparte publicidad, algo que le encantan. Evidentemente no todo ha sido un camino de rosas, pese a su azaroso recorrido, nos va a sacar una sonrisa en bastantes ocasiones, a veces cometemos el error de reírnos de algunos de sus infortunios, pero es que lo relata de forma tan cómica, que es inevitable. Es una lectura amable pese al tema que trata. En este sentido tengo que dar mis felicitaciones al autor porque lanzar en esta novela un mensaje de total visibilidad en general de las enfermedades mentales y en particular de la esquizofrenia, algo que en pleno 2022 no debería ser tabú y aún en muchas ocasiones hay que esconder, tiene un mérito tremento.Así, la postura imperfecta quizás no es tan imperfecto desde el ámbito que la analicemos, quizás los imperfectos somos los que juzgamos a estas personas sin saber sus circunstancias y todo lo que pueden conseguir.

El autor ha confesado que escribió esta novela hace la friolera de 20 años, y la historia se desarrolla en 2017, es por eso que nuestro protagonista en sus horas bajas o sus horas de soledad se aferra a los libros, ahora podría ser a los tiktoks. Aunque no veo a este hombre ni en la actualidad un friki de Instagram, siempre la literatura le pegará más a su personalidad. Y es que es inevitable para PL Salvador introducir metaliteratura en sus obras, siempre nos va a dejar un montón de citas literarias, nombrará a un sin fin de autores, filósofos, y muchos libros conocidos y no tan conocidos saltarán por sus páginas con total libertad.

Una mención especial a la autora de la portada, Mirela Guna, también de Calpe, que nos ha dejado una portada que como bien dice el autor, produce desasosiego, angustia, con esa mirada ida... No sé si ha puesto una cara de frente y otra de lado como metáfora de todas las caras del protagonista, de esas contradicciones que lo gobiernan, esa dicotomía que nos muestra al contarnos su vida, esa diversidad de pensamientos que nos va escupiendo a lo largo de las páginas que escribe en esa noche en la que transcribirá su vida al papel. Aunque quizás es la representación de Esmeralda, que no os diré quien es, tendréis que descubrirlo en la lectura, que tiene miga la cosa con Esmeralda. En todo caso, quizás mejor dejarlo a la interpretación de cada uno.

En definitiva, PL Salvador nos vuelve a traer otra novela con su sello propio, es imposible no reconocer al autor en estas páginas. Una lectura no apta para todos los públicos, bien es sabido por estos lares lo que se dice que este escritor escribe para una inmensa minoría. Pero ojo, el que resalte que tiene un estilo propio no quiere decir que sea más de lo mismo, al contrario, es toda una novedad. Con un protagonista que no deja indiferente, con una intensidad propia, que nos da toda una lección de vida a los muchos que nos quejamos de nuestros "problemas del primer mundo" y que encima en ocasiones nos atrevemos a juzgar lo que desconocemos. Es por eso que es una lectura de lo más recomendada.
Enlace: https://losauguriosdelaluna...
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Hefesto
 07 July 2022

“Humanista y extremista, delincuente y hombre de pro, demente e intelectual”


¿Cuántos rostros tiene un ser humano? ¿Cuántas aristas o dimensiones? ¿Y cuál de esas dimensiones es la auténtica? ¿la que la sociedad potencia y espera o la que se declara libre de cadenas y morales impuestas?

A finales del siglo XIX se publicaron dos obras con un profundo calado filosófico: Así habló Zaratustra, de Nietzsche, y El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson. Ambas abordaban la cuestión desde posiciones opuestas. A día de hoy, no podemos concluir que ninguno de los dos autores estuviese totalmente acertado o equivocado en su planteamiento. No somos únicamente lo que mostramos a los demás. Tampoco fingimos continuamente, pero es innegable que la sociedad nos reprime y nos obliga a encerrar bajo llave algunos de nuestros más bajos instintos. ¿Somos, por ello, unos farsantes? ¿Aparentamos ser alguien distinto o aspiramos a convertirnos, ayudados por la presión social, en quien nos han enseñado que deberíamos ser?

El autor alemán enfatizaba la necesidad de liberarse de la moral judeo-cristiana y de recuperar la libertad y la espontaneidad. El escocés también consideraba las religiones como una fuente de infelicidad y sufrimiento, pero defendía que, si diésemos rienda suelta a nuestros instintos, si no nos sometiésemos a ciertos parámetros de conducta, el resultado sería salvaje, degradante y deshumanizador.

P.L. Salvador navega, con esta nueva novela, entre las dos teorías. Y no queda claro si lo hace consciente o inconscientemente, pero consigue darle otra vuelta de tuerca a la cuestión introduciendo un nuevo condicionante: el de la enfermedad mental. Ahora os pregunto yo: ¿Consideráis que el mundo interior de alguien con, por ejemplo, un trastorno esquizofrénico, es menos consistente o profundo que el vuestro? ¿Creéis que las conclusiones de quienes piensan y sienten diferente son menos válidas por partir de otras premisas o por discurrir senderos únicos e impredecibles? Si es así, haceos el gran favor de leer La postura imperfecta.

La obra, reciente ganadora del III Certamen «Martín Fierro» de denuncia social, fue escrita hace ya algunos años y supone todo un salto de página en la carrera del escritor levantino al que, poco a poco, le está llegando el reconocimiento que se le debía. Su prosa, corregida y pulida durante más de una década, sigue siendo pulcra y precisa. El tono de la historia es menos desenfadado de lo que nos tiene acostumbrados y su desarrollo se apoya en la reflexión y en la elaboración de un personaje complejo y maravillosamente imperfecto. ¿Es su mejor novela? Puede que no, pero está entre las mejores sin ninguna duda.

En cuanto a la vertiente metaliteraria, sello inconfundible del autor que tanto gusta a sus fieles, no desaparece, pero tampoco acapara excesiva atención en el lector.

Sí, lo sé, aún no os he contado de qué trata La postura imperfecta. Solo os diré que de alguien tan humanista como extremista. de alguien que ama y contiene su odio, que sublima sus carencias hacia el autoconocimiento, el trabajo y el estudio. de un Dr. Jekyll que sujeta a su Mr. Hyde a través de la razón y la experiencia. de un Mr. Hyde que arrasaría con quienes no son capaces de construirse a sí mismos y que, de poder, impondría a los demás un mundo a su medida. de alguien complejo y único que necesitaría más de una vida para alcanzar lo que considera que es la perfección.

Afortunadamente, tanto él como P.L. Salvador, se muestran más cercanos a R.L. Stevenson que a Nietzsche. ¿En qué punto estáis vosotr@s?
Enlace: https://elyunquedehefesto.bl..
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LEMB
 09 June 2022
Una sorpresa te encuentras con el libro, que refleja, no sabes si de una manera real o ficticia, los pensamientos o las palabras del personaje protagonista, este recepcionista de noche, esquizoide, que comparte con los lectores lo que ha sido, y es, su solitaria vida, no solo en relación a su enfermedad mental, que ya de por sí le condiciona su realidad, sino en todo lo demás (familia, infancia, amores, amistad, pasado, presente...). Depende mucho del lector, como suele ocurrir, que se sienta más cerca o más lejos del narrador. A mí me toca de cerca porque tengo un familiar esquizofrénico grave y ha llegado, incluso, a resultarme esclarecedor lo que estaba leyendo en algunos momentos.

Un texto rápido, ágil, divertido, a veces irónico, a veces mordaz; aunque no por ello nos libramos de ciertas partes más densas en las que hay que hacer el esfuerzo de acercarse a la filosofía vital, bañada de verdad sesgada. Sin duda, es lo habitual es un texto intimista. Está escrito casi como unas memorias rápidas, donde se confiesan las pautas del narrador para entender su propia realidad, y la del resto del mundo y de la sociedad a la que pertenece.

Metaliteratura, sin duda; el propio escritor está presente en el narrador como amigo y como inductor del texto. Es imposible no preguntarme si el narrador no es el alter ego del escritor, al menos yo he llegado a percibirlo así en algunos detalles. ¿Qué hay de verdad en lo que este recepcionista ha querido compartir con los lectores de su amigo editor? ¿Cómo Salvador consigue estructurar la dualidad intrínseca a este enfermo mental de tal manera que parece más cercana a cualquiera de nosotros, no afectados por este tipo de patologías psiquiátricas? ¿Qué parte de la impronta genética es definitoria para el personaje? ¿Cómo ha conseguido realmente salvarse?

Si me centro en el contenido de sus páginas, el recorrido vital que nos proporciona el narrador sobre su vida hace que, como lectores, dibujemos un lienzo de lo que pudo ser su existencia hasta este momento, incluso incluyendo a los personajes que él ha querido que conozcamos (su padre, su madre, su hermana, sus pocos amigos, su amante, sus compañeros de trabajo), y lo que es su existencia actual. Lo primordial es aprender sobre su manera de asimilar su pasado, su presente, sus sentimientos y su forma de relacionarse con el mundo. Supongo que os habéis dado cuenta de la cantidad de veces que uso el posesivo «su» ya que él es que habla y sobre el que habla. No hay mucho más.

Un texto lleno de filosofía, de aprendizaje y muy personal. Hay una historia, sí, la hay, pero no sé si es lo más importante. Además, las continuas referencias a la literatura, como fuente esencial de conocimiento de nuestro narrador, unido con esa visión fascista de sí mismo que nos refleja pero que a la vez cuestiona y critica, añaden mucho más interés y atractivo al texto.

Mi curiosidad lectora me insta a pensar si el escritor utiliza el recurso de un narrador esquizoide para dar libertad a sus pensamientos, proporcionándoles el escenario perfecto, y como excusa para exponer su manera de ver bastantes aspectos de esta sociedad, o si, por el contrario, el mundo que refleja, o más bien la parte filosófica asociada al pensamiento sobre nuestra propia existencia, viene relacionado directamente con esa enfermedad mental. No lo tengo claro; yo me inclino más por la primera opción, siempre que no estemos ante un personaje real y siempre que parte de estas memorias o confesiones estén más arraigadas al escritor y a sus vivencias de lo que podríamos pensar.

Hay mucha literatura en el texto porque las palabras se convierten en un instrumento muy importante; es una manera de expresar y de llegar al lector. El narrador se nos presenta como alguien real y cercano a través de esas palabras, y a través de las lecturas que le han influido y que le han hecho ser consciente de la verdad que le rodea. Tenemos esa parte de verdad en la mirada del enfermo que llegamos a percibir como un sabio «loco» que ha encontrado su punto medio para no perderse.

En algunos momentos, el texto ha sido enriquecedor e interesante, y en otros, quizá más por la naturaleza filosófica sobre la existencia humana, ha sido abrumador e, incluso, de lectura lenta (y densa). al final, no deja de ser un especie de memorias en las que se va desgranando el sentido de la propia existencia que ha llevado al personaje a entenderse y a entender su especial relación con el entorno; una narración positiva, sí, porque da esperanza, porque mira de frente a la vida; compleja, como puede ser el mismo sentido de la existencia de todos nosotros; religiosa, porque intenta explicar y justificar el porqué de esa existencia y el camino que debemos llevar para encauzar nuestra ida a ese fin luminoso que puede ser lo que hay más allá de la vida terrenal; esclarecedora, ya que muestra esa parte del sufrimiento del personaje en sus casi cincuenta años de existencia; realista, sincera y también sesgada. Si su presente está en equilibrio, su pasado, cuestionable y oscuro, es lo que quizá nos acerca más a la naturaleza esquizoide de la que nos habla.

Me parece un ejercicio bastante interesante de trabajo sobre esa dualidad que se debe encontrar dentro de las personas que sufren esquizofrenia, el bien y el mal como base, la quietud y el movimiento, la percepción y la realidad. La esquizofrenia es una enfermedad mental grave en la que se ve afectada la manera en la que una persona piensa, siente y se comporta, y un esquizoide es alguien que tiende a la esquizofrenia sin llegar a presentar la gravedad de esta enfermedad. Esta puntualización es importante, sobre todo para situar a nuestro narrador en contexto.

En resumen, un libro muy interesante, intimista, complejo y, en cierta manera, positivo, sobre la verdad interior de un personaje tan particular. Por cierto, maravillosa portada, ¿verdad?



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Citas y frases (6) Ver más Añadir cita
oscarseronoscarseron21 May 2022
Que Dios me conceda serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que si puedo y sabiduría para apreciar la diferencia.
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LEMBLEMB08 June 2022
Ahora me vienen a la cabeza las palabras de Karl Marx: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia», y me digo que la sociabilidad es un ingrediente indispensable en todas regeneración mental.
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LEMBLEMB08 June 2022
Y de mis últimas consideraciones deduzco que la cordura viaja junto al bien y la locura en compañía del mal.
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librosxdoquierlibrosxdoquier20 June 2022
Que Dios me conceda serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que si puedo y sabiduría para apreciar la diferencia
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LEMBLEMB08 June 2022
¿Seremos los humanos, después de todo, una especie camaleónica? Lo que está claro es que sí cambiamos de aspecto con facilidad adaptándonos al medio en el cual vivimos y, con frecuencia, a la persona con quien dormimos.
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