Pablo y Virginia

¡Oh, amigo, nunca deja Dios una buena acción sin recompensa!

Será virtuosa y será feliz. Yo no he conocido la desgracia sino cuando me he apartado de la virtud

La parte superior correspondió a la señora de La Tour y la inferior a Margarita. Ambas quedaron contentas con su lote

Es un instinto común a todos los seres sensibles y afligidos el refugiarse en los sitios más ásperos y desiertos, como si los peñascos fuesen baluartes contra el infortunio, y como si la calma de la naturaleza pudiese sosegar las malhadadas inquietudes del alma.

En la otra parte del mundo solo faltan Teocritos y Virgilios para que poseamos de aquella nueva tierra descripciones tan interesantes, cuando menos, como las que tenemos de nuestro país