El valor que nos lanza a la muerte, no es más que de un instante. Es excitado por los vamos aplausos de los hombres. Hay otro valor que nos da fuerzas para sobrellevar cada día, sin testigos y sin elogios, las contrariedades de la vida: es la paciencia, Sue se basa, no en la opinión ajena o en el impulso de nuestras pasiones, sino en la voluntad de Dios
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